Despierto nuevamente sobresaltada por la agitación que estos tipos me dan cada dos horas para divertirse, han pasado cuatro días que llevamos secuestrados, no he visto a James desde el segundo día; a pesar de que la pesadez en mi cuerpo ya se estaba apoderando de mí gracias a las estúpidas pastillas para dormir que me han estado dando recuerdo que abrieron la puerta del sótano en el que nos mantienen y luego oí como le decían a James que se pusiera de pie rápidamente, no recuerdo nada más pero al despertarme él no estaba ahí, no quiero ni imaginarme si aún sigue con vida o no.
-Despierta bella durmiente –dice uno de los tipos que tiene capucha, intenta acercarse a mí y tocar mi cara pero yo me alejo bruscamente y lo más que puedo de este.
-¿Qué quieren de nosotros? –pregunto por centésima vez en todo este tiempo que llevo aquí.
-Tranquila niña, si tu noviecito hace todo bien lo único que te pasará es que te mantendremos aquí, pero si intenta hacer una estupidez te irá peor –responde con su tono que hace que se me revuelva el estómago.
-Necesito ir al baño –digo intentando controlar mi voz para no revelar cuanto miedo tengo en estos momentos.
-Es la tercera vez hoy –dice molesto el más grande de todos- llévenla al de siempre, ya saben cómo es el jefe.
Dos de esos tipos me levantan del frío suelo en el que mantienen y me llevan casi que arrastrada, lo único que he comido estos días es un pan pequeño y un vaso con agua, así que mis piernas apenas pueden sostener el peso de mi cuerpo, sin contar que mi sistema nervioso también es problema; en estos cuatro días solo he visto a esos tipos pero sé que ellos no son los principales ya que siguen ordenes de alguien, puede que sea de ese tipo que tanto mencionan: Saulo.
-Date prisa –dice uno de los dos que me han traído, mientras que el otro me desata las muñecas para que pueda entrar.
Entro y por tercera vez el día de hoy estoy buscando un escape, la ventana está sellada y no hay nada tan fuerte para romperla, aquí no hay muchas opciones así que cambio de punto de vista para buscar algo que cree una distracción. Busco lo más silencioso posible en los dos cajones que tiene el mueble en el que está el desinfectante, pero lo único que hay son toallas y dos botellas para rociar vacías.
Y ahí es cuando lo pienso, puedo llenarlas con el desinfectante y rociarles en los ojos para distraerlos; pero aunque lo logre nada me asegura que podré lograr escapar, de seguro tienen armas y no dudarán en dispararme, aparte no pienso irme sin James.
Tal vez si funcione que los rocíe y luego los golpee para dejarlos inconsciente, considerando que pueda ya que ellos son dos enormes sujetos y mi debilidad no ayuda. Las toallas podrían ayudarme para apretar sus cuellos y dejarlos inconscientes.
Saco las cuatro toallas de los cajones y uno dos y dos para que sean más largas, luego saco las botellas de rociadores pero se me cae una al suelo por los nervios, entonces escucho que tocan fuertemente la puerta y mi corazón se paraliza del miedo, si ellos entran se acabó.
-¿Qué ha sido eso? ¡No quieras pasarte de lista! –grita amenazadoramente uno de ellos.
-Se me ha caído el jabón de manos –miento esperanzada de que no sepan lo que hay dentro, ya que aquí no hay ningún jabón.
-Date prisa que se nos agota la paciencia –comenta la voz ronca del otro.
Luego de eso le quito lo más rápido y silenciosamente la tapa al desinfectante y lo vierto en ambas botellas, dejo las toallas a mi alcance ya que no las puedo llevar de una vez, luego agarro una botella en cada mano y ya preparada para rociarlos. Teniendo todo listo repaso el plan: ponerle el seguro a la puerta para que ellos vean justamente a la puerta, luego de unos segundos abrir de golpe la puerta y rociarlos, cuando este empiece a hacer efecto los golpeo en la entre pierna para tener un poco de ventaja, en ese momento agarro las toallas y los dejo sin aire a tal punto de desmayarlos pero no matarlos.
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Tú, mi sol
Teen FictionCristina Aguilar, la chica desastre, la chica fuerte y ruda del colegio Calatrava, que ya no halla razones para vivir y que su vida se ha ido desmoronando poco a poco, todos creen que ella no tiene ningún problema y no le prestan la mínima atención...