Capítulo 32

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-¡Cristina! –Exclama alegremente James al verme- no sabes cuánto te he extrañado, incluso creí que no volvería a verte.

-Qué extraño –comienzo a decir mientras lo veo algo molesta- porque yo pensé lo mismo, pero incluso llegué a pensar que podrías estar muerto.

-Nosotros nos vamos mejor, te veremos pronto Cristi –dice Anaí atrayendo mi atención, a lo cual yo solo asiento para que después ellos se retiren; y yo volviendo a fijar mi mirada de enojada a James.

Por más que lo haya extrañado no puedo evitar sentirme molesta por el hecho de que se fue por siete años y nunca intentó contactarme tan siquiera para decirme que estaba bien, se supone que éramos un equipo.

-Vale, lo lamento en serio por lo que hice y sé que una disculpa no es suficiente pero de verdad que me arrepiento mucho de haberme ido –empieza a decir James.

-No, no es suficiente una disculpa, lo que sí quisiera sería una explicación, ¿por qué te fuiste sin decir nada? ¡Se supone que éramos un equipo! ¿Lo recuerdas? ¡Éramos el dúo indestructible, pero te largaste olvidando la promesa de hermanos unidos por siempre! –Le grito al asegurarme de que Eliot y Anaí ya no están cerca- ni siquiera me dijiste que te irías, ¿tienes idea de lo que es despertarse en tu cumpleaños número nueve y que te den una nota de tu hermano que dice que te desea un feliz cumpleaños y que volverá pronto? ¡Claro que no! ¡Porque no fue a ti a quien lo abandonaron!

-Tienes todo el derecho de estar molesta conmigo, es cierto que me fui y fue de lo peor que pude hacer y te juro que en estos siete años no hay día que no me arrepintiera de esa elección –dice, y a pesar de que llevo sin verlo mucho tiempo su mirada de sinceridad es la misma.

-Creo que te tardaste mucho tiempo para encontrar el regalo perfecto para una niña de nueve años, pero, ¿sabes qué es lo que más hubiese deseado esa niña? Que su familia no se derrumbara –digo muy seria, me acerco a la puerta y él se aparta, tengo que bajar algunas de las bolsas que traigo para poder abrir la puerta, al entrar lo veo y está con la cabeza gacha- ¿piensas entrar o te quedarás afuera?

-Te lo agradezco –dice mientras levanta la cabeza para luego entrar, cierro la puerta y noto que empieza a observar toda la casa.

-A pesar de todo te quiero, yo siempre cumpliré la promesa –respondo con un intento fallido de una voz dura y fría.

-¿Y mamá y papá? –pregunta mientras voltea a verme, suelto un largo suspiro y luego me voy al sofá indicándole que tome asiento, él obedece y a la vez me siento en el otro extremo del sillón.

-Mamá falleció hace ya un tiempo... y papá se fue también hace un tiempo por ciertas cosas –digo para no entrar en tantos detalles, aún no es momento de contarle todo a él.

James solo se queda por un buen rato callado hasta que la tristeza se refleja en sus ojos, al verlo vulnerable todas mis defensas y mi enojo desaparece, entonces me acerco para consolarlo, mamá siempre fue muy cercana a los dos; en realidad nuestro padre también, pero al irse James todo eso cambió radicalmente.

-Lamento no haber estado para ti durante siete años, sé que no hay forma de reponer esos años, pero te prometo no volver a fallarte hermanita –dice luego de un rato de estar sollozando.

-Te extrañé tanto, bobo –respondo dándole un fuerte abrazo al cual inmediatamente corresponde.

-Bueno, debes descansar ya que mañana tienes clases –comenta luego de que nos separamos.

-En realidad no hay clases mañana –digo sonriendo.

-Bueno, ¿quieres ir a dar un paseo mañana? –pregunta con una sonrisa suplicante.

Tú, mi solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora