¡CAPÍTULO 23!

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MIRADAS INTENSAS.

Trague con dificultad cuando sus rostros se giraron hacia donde me encontraba y sus miradas me recorrieron el cuerpo con descaro y lujuria, me sonroje como nunca lo había hecho. Y yo había dejado de hacerlo hacía mucho tiempo.

Tener dos pares de ojos mirándome de aquella manera no era para nada malo solo que si era muy incómodo, pero no en la forma mala, si no... arg, ni siquiera yo lograba entender mis pensamientos.

Ambos pasaron sus lenguas por sus lindos labios sin quitar sus ardientes miradas lujuriosas de mi cuerpo, como si fuera un apetitoso trozo de su comida favorita.

No esperé más y comencé a caminar lentamente hacia donde estaban ellos, tratando de no demostrar mis nervios, aunque claramente ellos ya lo habían notado. Ahora mi nariz podía detectar olores que antes habían sido insignificantes, como el olor amargo de mis nervios, o el alucinante aroma a excitación que venía de ellos.

Sujeté con firmeza la toalla que cubría mi cuerpo, usándolo claramente como un inservible escudo. Sabía que ellos no intentarían nada sin mi consentimiento, pero estaba más que asegurado que tarde o temprano pasaría. Pero... ¿tenía que ser con ambos a la vez?

Ambos se sentaron en la cama, esperando con paciencia fingida mi próximo movimiento. Sabía perfectamente lo que ahora mismo pasaba por sus bonitas cabezas, y para qué negarlo yo estaba deseando, anhelando lo mismo. Era una mezcla de sensaciones, sin dudas ahora era una sensación a gran escala, mucho mayor a como me sentía con respecto a cuando era ¿humana? ahora en todo lo que podía pensar era en tener sus cuerpos, su piel, todo de ellos pegado a mi y eso... me asustaba un poquito...

Killian fue el primero en venir a mi encuentro y se paró frente a mí con una de sus medias sonrisas, acentuando su belleza aun màs. Sin dudas este vibrante vampiro era único.

No era la primera vez que iba a estar con él, pero sin dudas no se comparaba a aquel momento, cuando bebió de mi. ¿Lo haría de nuevo? Y maldición que lo deseaba. Deseaba todo de ellos.

Ahora no quería pensar en que teníamos una maldita conversación pendiente, solo quería olvidarme por un par de horas los acontecimientos anteriores. Disfrutar con ambos, volver a sentir lo que era el verdadero placer, porque maldita sea, sabía lo que ellos podrían lograr hacer en mi. Ya lo había vivido con Killian, tal vez en un pequeño porcentaje, pero... sí logró que llegara a mi orgasmo sin tocarme directamente ¿de que no sería capaz de lograr esta vez?

— Eres extremadamente preciosa... — susurro en mi oído, sacándome de mis pensamientos.

No sabía en qué momento se había acercado tanto a mi, que sin dudas me tomó por sorpresa. Sujeté con más fuerza mi toalla alrededor de mi cuerpo, cuando un escalofrío me recorrió la espina dorsal al sentir uno de sus dedos fríos pasar delicadamente por mi cuello. Me mordí el labio y cerré los ojos ante su tacto, disfrutándolo, anhelando mas, mucho mas. Sentí su pesada respiración en mi cuello y me arqueé cuando comenzó a dejar besos húmedos en esa parte sensible. Luego de un momento, sentí otras manos acariciar lentamente mi espalda y el aroma del perfume de Will me hizo saber que él era dueño de esas manos, tocando con la calidez destacable. Era sin dudas una locura, ambos eran tan diferentes en un millón de cosas y aun así tan malditamente perfectos para mi, para mi alma.

NUESTRA MELODY ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora