NUESTRA MELODY ©

¡CAPÍTULO 42!

Perdiendo el control.

Me despierto un poco desorientada y un poco atontada en una cama, miro a mi alrededor mientras me siento dándome cuenta que aún estoy en mi cuarto. Busco con la mirada mi celular y lo encuentro arriba de mi escritorio, bajo mis piernas y trato de levantarme, sin embargo siento una gran pesadez en todo el cuerpo, trato de caminar un poco pero, no puedo siento a mis piernas flaquear ante cualquier intento ¿por qué me siento así?

Como si fuera un flashback lo que sucedió antes de mi desmayo aparece en mi cabeza, el dolor en mi marca, sentir como si me arrancaran mi corazón, sentir como si una parte de mi estuviera siendo arrancada de mi piel.

Me siento en la cama apoyando mi mano en mi pecho sintiendo la amarga sensación de que algo falta, como si estuviera ahí y a la vez... no.

Killian.

Kilian, él no esta aquí. No está conmigo ¿qué fue lo que sucedió con él para que un dolor así me pasara a mi? Me levanto rápidamente sin pensar en nada y haciendo caso omiso a lo que en realidad siente mí cuerpo salgo corriendo de mí cuarto y llego antes de lo que pensaría al despacho de Will, abro la puerta de golpe y me encuentro con varios pares de ojos puestos en mí.

— ¿Dónde está Killian? — pregunto desde la puerta. Will niega despacio midiendo mi reacción entretanto se levanta de su sillón. Miró a sus amigos, Bastián me examinaba con cautela y algo de pena, Max se levanta y viene hacia mí y solo niega saliendo por mi lado hacia el pasillo, Álvaro como siempre no demuestra nada y también se va sin acotar nada, Bastián le da una última mirada a su amigo y se va detrás de los demás. Mire con atención en la dirección en la que se han ido los chicos y la regreso a Will quien está a unos cuantos pasos de mi, su cuerpo denota un exceso de cansancio que solo le había visto cuando estuve en coma, la ropa toda arrugada y con inmensas ojeras, su cabello un poco más largo de lo acostumbrado cae desordenado sobre su frente dejando en entrever que no se a peinado si quiera. Me acerco a donde está lentamente y lo miro esperando cualquier explicación, pero nada sale de sus labios — ¿Qué pasa Will? — pregunto cautelosa. Me temo lo peor. No por nada me paso lo que me paso. Algo pasó con Killian y lo más probable es que algo tuvo que ver esa asquerosa vampira — ¡Quiero que hables de una maldita vez! — grito desesperada. Al ver que no dice nada, llego rápido a su lado y lo agarro de uno de sus brazos haciendo que se acerque mas a mi y me mire, tiene la cara desencajada al ver mi reacción, pero en este momento es lo que menos me importa —. Habla ya, no querrás que me entere de otra manera — lo amenazo, se zafa de mi agarre y se frota el lugar donde antes lo había agarrado sin dejar de verme. Le deje la marca de mi mano alrededor de su antebrazo debido a la fuerza que ejerci, parece que tengo más fuerza de lo que pensé.

— Desapareció — dice simplemente y en un pequeño susurro sin siquiera mirarme. Retrocedo un par de pasos y niego.

— ¿Qué? — susurro mirándolo incrédula — ¿Cómo que desapareció Will? — cuestiono, este sigue sin mirarme y lo enfrentó tomando su cara con ambas manos haciendo que su mirada choque con la mía.

— No sabemos nada de él, algo pasó — dice tan despacio que parece que no ha dicho nada.

— Fue Mikeyla — susurre con rabia. La ira comienza a correr por mis venas como si fuera un veneno corrosivo haciendo que mis manos comiencen a temblar al igual que el resto de mi cuerpo, me alejo lentamente de Will, y este me queda mirando con extrema seriedad y medio ¿aterrorizado? No lo entiendo, ¿qué me pasa? Mi respiración se hace cada vez más y más acelerada, cierro mis ojos y me llevo las manos a la cabeza, siento que en cualquier momento me va a explotar, un fuerte pitido retumba en mi mente nublando mi visión y ni siquiera pudiendo oír nada — Will... ¿qué me ... pasa? — murmuro ida. Abro mis ojos y lo miró, él retrocede unos pasos y siento su... rechazo... me duele el pecho y la cabeza parece querer explotar — Will... — lo llamo desesperada cayendo sobre mis rodillas no pudiendo soportar más el fuerte dolor. Es como si algo estuviera desgarrando mis entrañas desde adentro de mi pecho.