¡CAPÍTULO 39!

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Escuché una discusión en el despacho, la voz fuerte y potente de Will hizo temblar a la mujer a mi lado, no era para menos, el poder que estaba irradiando Asus era demasiado fuerte, la única que podría calmar a ese lobo estaba en estado de coma. Por suerte la niña y Sabrina ya no estaban en la casa, era mejor así, Will no estaba bien en estos momentos. Además, la Luna Roja ya estaba próxima y no sabía bien los alcances del poder que despertaría esta vez en mi.

Abrí la puerta del cuarto de mi Reina y me dolió en lo profundo de mi ser ver lo pálida que estaba, la bruja ya estaba aquí, no tengo ni idea en qué momento llegó, no la sentí llegar nuevamente. En mis manos traía el cofre que ella nos había pedido.

— Arela, ella es... — no termine de hablar cuando vi a Esperanza envolver en un abrazo a la bruja, está le correspondió efusivamente, ambas soltaron un sollozo. Cerré la puerta detrás de mí dejándolas en el pasillo y me encaminé rápidamente hacia la cama quedando largos minutos observando con detenimiento la palidez de mi compañera en la cama, se veía hermosa, el olor a la sangre que recorría por sus venas me llamaba como a un sediento, sin embargo, sabía que ahora ella no estaba bien y que solo le haría daño. Suspire.

>> — Toma — le entregué el cofre a la bruja cuando ingresaron nuevamente y me senté al otro lado de la cama dejando un lugar para Esperanza, tomé la mano fría de Mel, estaba helada.

— Mi amor... — Esperanza soltó otro sollozo al ver el estado de su hija, no presté atención a lo que hablaban ellas, me concentré en escuchar el suave latir del corazón de Mel. Estaba mucho más lento que antes, aun así era constante.

La bruja sacó de su bolsa unos frascos con un líquido espeso en ellos y con un olor horrible haciendo que tanto Esperanza como yo arrugamos la nariz con asco.

— ¿Para qué querías el cofre Arela? – preguntó Esperanza acariciando con delicadeza el rostro de Mel. La bruja no contestó y siguió con lo suyo — Arela contéstame – dijo firme la mujer. La bruja la miró y se acercó a ella, la tomó de la mano y le puso algo entre ellas. Esperanza miró sus manos y frunció su ceño — ¿para qué me das esto?, ¿Y porqué no me respondes? — le di un beso a la mano fría de mi amada y la deje en su lugar, rodeé la cama y me detuve cerca de ellas recostando mi cuerpo con el escritorio y cruzando mis brazos.

— Habla de una vez Arela – exigi con seriedad. Los pasos firmes de Will se escucharon en el corredor y después la puerta fue abierta dejando entrar a mi amigo, junto a Magda quien traía una charola con varias cosas para comer.

— Tienen que comer, ambos – dijo seria la mujer que nos crió, Will ignoró a todos y se fue a donde estaba Mel – Oh señora, mucho gusto, soy Magda – dijo con una sonrisa de boca cerrada, Esperanza se limpió algunas lágrimas y se acercó a ayudar a Magda, dejo la charola en el escritorio de Mel y volvió a acercarse a ella, le tendió la mano de forma amistosa.

— Un gusto, soy Esperanza, la mamá de Mel – dijo ella regresando la mirada a Mel.

— Ella se pondrá bien, ya verá – le sonrió de nuevo, y mirándome una última vez salió del cuarto.

— Habla – expresó con seriedad Esperanza, la bruja suspiro y asintió.

— El cofre solo lo puede abrir ella, pero mis poderes ya le sanaron el disparo, el veneno no se puede sacar de su cuerpo, ya que es... imposible – murmuró desviando su mirada a sus manos — solo hay que esperar ahora, pero ella está en una especie de... coma — dijo con pesar. Mi cuerpo entero se tensó y mil pensamientos atravesaron mi cabeza como un rayo, ¿Y si no despertaba? ¿Y si se quedaba así para siempre? No, eso no podía pasar. El golpe que dio Will a la pared retumbó en todo el cuarto. A velocidad vampírica lo detuve antes de que siguiera destruyendo las paredes.

NUESTRA MELODY ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora