NUESTRA MELODY ©

¡CAPÍTULO 46!

Esperar a que todos esos Alphas se duerman es demasiado para mi poca paciencia, siento que poco a poco el tiempo se va escurriendo por entre mis dedos como si de agua se tratase. A Will, no lo había visto desde la mañana, lo extraño pero, también siento enojo hacia él, decidió darme la espalda sin siquiera darme una oportunidad o al menos tomar en cuenta mis palabras. Ni siquiera el que yo también sea más que cercana a Killian parece ser suficiente para todos esos viejos lobo, tan seguros de sí mismo que lo único que harán es meterse en un lugar desconocido, por más que Will crea y esté seguro de conocer ese castillo, yo creo por mi parte que Mikeyla cuenta con eso, ella también se crió allí junto con Killian, y eso la pone en una ventaja importante.

Ventaja que yo tomaré, estoy casi segura de que ella me espera, a mí más que a nadie, el odio aquí es claramente mutuo, no sé qué porque Killian tendría que verse con ella esa vez, pero ahora lo único que quiero es sacarlo de allí, y más que nada destruir a esa vampira.

Mientras observo por la ventana como los copos de nieve caen y adornan todo a nuestro alrededor escucho pisadas cerca de la puerta y el aroma de Will me dice que está detrás de aquella puerta, escucho como el latido de su corazón y de su respiración está más acelerado, no sé si es porque está nervioso por mi o por otra cosa, con rapidez me adelanto y abro la puerta, encontrándome con un Will sorprendido y con la cara completamente roja, sus ojos centelleando como fuego. Levantó una de mis cejas y me giro para darle lugar para que ingrese, escucho como su corazón ha comenzado a latir más rápido como si eso fuese posible.

* — Lo sabe— afirma Homi.

Me giro y me doy cuenta por qué está así. Me cruzo de brazos y lo enfrento. No voy a ganar nada con negar o hacerme la loca.

Se pasa las manos por el cabello desordenando sus oscuros mechones con desesperación.

— ¡¿CÓMO SE TE OCURRE MELODY?! — Brama en mi dirección acercándose peligrosamente a mí. No retrocedo, no le temo y el lo sabe. Él sabe que a mi no puede ponerme un solo dedo encima, no como antes. Se gira bruscamente y comienza tirar todo a su paso como un niño caprichoso que no ha conseguido lo que quiere, yo por otro lado me encuentro tan calmada como si no pasara nada, y creo que es eso lo que lo desespera más.

Nunca creí volver a tener que pasar por situaciones similares, sin embargo, aquí estoy y no lo tolerare, por mas que sea mi pareja, mi novio, amante, Mate, amigo o familiar. Me prometí no volver a aguantar ningún tipo de agresión de nadie... y eso lo incluye a él.

— No me escuchaste – murmure dolida, sabiendo que él me escucha. Para en seco tras mis palabras y se gira bruscamente para mirarme directamente a los ojos. Ojos que están rojos, llenos de la ira que se está conteniendo — Asus – digo firme. No es Will el que tiene el control, es Asus. El nombrado parpadea varias veces y se acerca rápidamente a mí. Me estrecha entre sus brazos y me aprisiona en medio de ellos en un fuerte abrazo, su cabeza se mete en mi cuello y lo siento aspirar mi aroma mientras su cuerpo comienza a temblar. Mi cuerpo se estremece debido al temor que ahora siento, no me gusta este sentimiento, lo odio, odio temerle. La angustia hace que lentamente un nudo comience a crecer en mi garganta y me impida hablar claramente, quiero que me suelte, quiero que se aleje de mi. Mi respiración comienza a tornarse más y más acelerada a medida que el calor de su cuerpo aumenta.

— No puedes ir, no, no... — murmura en mi cuello. El temblor en su cuerpo se va calmando a la vez que paso lentamente mis manos por su espalda, el temor hace que mis manos tiemblan ligeramente, sin embargo dejo que Homi tome el control, se que si sigo asi tendre un ataque de pánico y solo seria un problema mucho mayor y es lo que no quiero. Cierro con fuerza mis ojos y me dejo ir parcialmente.