¡CAPÍTULO 53!

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Un sonido sordo me despertó y traté de abrir mis ojos, pero la luz que ingresaba por algún lugar me imposibilitaba hacerlo, trate de nuevo y refregando mis ojos con mis manos pude abrir de a poco y enfocar mi visión. Me di cuenta que estaba nuevamente en el cuarto de Killian y... Mikeyla. Un escalofrío me recorrió el cuerpo al pensar en eso. Levanté la sábana y la hermosa colcha con la cual estaba tapada y vi que solo tenía puesta una camiseta de hombre, precisamente de Killian, su olor llenaba todo el lugar.

Suspire y observe toda la habitación. A mi lado derecho a varios pasos estaba un enorme ventanal por el cual entraba la claridad, pero no era tanta ya que tenía unas gruesas cortinas de un color oscuro dejando una pequeña porción abierta. Mire a mi izquierda topándome con una mochila, levante las cobijas y baje de la cama, al parecer me encontraba mejor, no tenía ningún dolor y eso era muy bueno. Fruncí el ceño al pararme y darme cuenta que solo llevaba puesta la camiseta y mis bragas, está apenas me cubría lo suficiente, pero al menos no estaba desnuda. Caminé lentamente hasta el escritorio donde estaba la mochila, la abrí y vi que era la que yo tenía, suerte que había cargado un cambio de ropa. Busqué qué más había y me encontré con varios frascos y mi celular.

Tomé todo lo necesario y me cambié, me coloqué los pantalones vaqueros y solo me deje puesta la camiseta. Al menos tenía el aroma de él. Su agradable perfume a pesar de todo seguía dándome esa agradable sensación de paz que solo él y Will lograban hacerme sentir.

* — Estábamos hecha polvo — gruñó Homi en mi cabeza de repente. Su gruñido retumbó tan fuerte en mi cabeza que solté lo que tenía en las manos.

Maldición qué susto. Llevé una de mis manos al pecho y sentí el acelerado latir de mi corazón. Buena hora en la que aparecía.

* — Deja de hacer eso — asevere aturdida — suspire recuperándome del susto mientras tomo el celular y me siento en la cama mirándolo — ¿dónde estabas? ¿Por qué recién ahora apareces? — pregunto en mi cabeza.

Aún se me hace medio raro pensar que tengo a alguien hablando en mi cabeza.

* — No sé, solo sé que ahora es cuando me puedo comunicar, me tenías bloqueada — cierro los ojos y respiró profundamente.

¿Cómo sería eso de tenerla bloqueada? Además, me está enfermando sentir el aroma de esa vampira en todo lo que hay aquí. Necesito salir. Tomé la mochila y me fui hacia la puerta, pero antes de abrirla alguien la abrió por mí. Will y Killian entran juntos.

— Mi Luna, al fin despiertas — dice alegre y sonríe.

Me acerco y le doy un pequeño beso en la boca. Me atrae a él poniendo sus manos a ambos lados de mi cintura e intensifica el beso. Paso mis brazos por su cuello y lo atraigo más a mí. Nos separamos y él me sigue dando pequeños besos en mi rostro.

— ¿Podemos irnos?, no quiero estar en el cuarto de... — me muerdo la lengua para no decir nada de ella. Ambos asienten —. Hola Killian — murmure mirando de refilón su figura. Tengo tantas ganas de saltar a sus brazos y comérmelo a besos, pero por ahora me contendré. Los tres salimos por la puerta, pero antes de seguir más adelante escucho su voz.

Hola Melody — dice con voz ronca. Me giro a ellos que vienen detrás de mí y sonrió.

— Will, ¿qué pasó con mi mamá? ¿Tienes algún celular con el que me pueda contactar? – Will asiente y me pasa su celular, el que había encontrado en la mochila ya no tenía baterías. Él estaba vestido con otras ropas, supongo que Killian se lo había dado.

Me giro y marque el número de Jere. Suena y suena hasta que me atiende.

— Hola Will, ¿Cómo sigue Melody? — pregunta con preocupación en su voz, diablos, lo extraño tanto a él y a mamá.

NUESTRA MELODY ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora