YO ERA DEL TIPO DE PERSONA QUE, A LA HORA DE JUGAR A VERDAD O RETO, MENTÍA SI LE TOCABA VERDAD.
No entendía cuál era el sentido de exponerse en un juego cuando tranquilamente se podía mentir y nadie lo sabría. Había pensado que todos lo hacían, hasta que una vez hacía años Dita me había asegurado que nadie mentía porque así no tenía gracia.
Llevábamos jugando unas cuantas rondas, pasando alcohol después de cada turno. Las primeras preguntas fueron sobre estupideces, como cuando Helena le preguntó a Ringo si era verdad que se había acostado con la madre de Julian (él lo negó, pero siguió quedando la duda considerando el tipo de mujer que era ella), o cuando Ringo le preguntó a Quinn si era verdad que se acostaría otra vez con Helena (lo era). Mi corazón que vivía por los rumores y secretos se estaba dando un festín. Los retos tampoco fueron muy interesantes al principio; que Dita se besara con Ringo, o que Julian se lanzara a la piscina climatizada detrás de nosotros. Aunque, considerando que Dita y Ringo habrían preferido cortarse las lenguas a besarse, y que estábamos cerca del invierno, fueron algo entretenidos después de todo.
Cuando Quinn me preguntó "¿verdad o reto?" y elegí verdad—sabiendo que podía mentir tranquilamente—, sin embargo, me encontré con un problema que cambió el aire entre todos.
—Tienes que elegir a dos de nosotros para un trío. —Soltó una carcajada histérica, probablemente por todo el alcohol que había consumido—. Hipotético, claro. A menos que no lo quieras, claro. —Otra risa—. ¿Qué? No pongan esas caras.
—Eso no es una pregunta de verdad —me quejé. Era más un reto que otra cosa.
—Sí, porque tienes que decir la verdad sobre a quiénes elegirías para un trío. —Se llevó dos dedos a la frente, con una sonrisa como si fuera algo obvio.
Me tragué un grito de exasperación. No podía rechazar mi turno.
—Eh... —empecé, dudosa—. Supongo que a Julian...
—¿Supones? —me interrumpió él.
Todos, menos Noah, rieron.
—Ah, cállate —lo chistó Quinn, agregando un exagerado "sh"—. ¿Quién más?
Consideré mis opciones. Podía decir que Dita, ya que con ella no crearía ninguna situación incómoda diciéndolo, o me podía arriesgar por una vez en mi vida. No sabía ni por qué me daba tanta vergüenza una pregunta tan infantil.
—¿De aquí? —Arrugué la nariz—. A ti, Quinn. Supongo.
Aplaudió.
—Gracias, gracias —dijo, emocionada como si estuviera dando un discurso de aceptación de un premio—. Cuando quieras, aquí estoy.
Todos volvieron a reír—gracias al estado en que se encontraban debían encontrar hasta un parpadeo gracioso—, menos Noah, claro. Noah estaba muy serio, como en el resto de las rondas. Él, Dita y yo éramos los únicos sin beber. Mientras que nosotras dos compensábamos nuestra sobriedad con risas y bromas—no siendo un grano en el culo, en general—, Noah se encargaba de aportar resoplidos cuando le tocaba jugar o murmurarle por lo bajo a Quinn, excluyéndonos a todos del chisme.
Pasó una ronda más de verdades estúpidas, hasta que fue el turno de Quinn de elegir reto. Ringo era quien debía imponerle uno, y se concentró en pensar, con una mano en la barbilla y ceño fruncido con tanta fuerza que parecía estar por tirarse un pedo. Reí sola al pensarlo.
—¡Debes besarte con Olivia! —exclamó entonces, como si hubiera dicho la mejor idea posible.
Julian, que había estado bebiendo de una botella, se atragantó al escuchar eso. Le palmeé la espalda con una sonrisa nerviosa.
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El Manuscrito (#1)
Teen Fiction/PRIMER LIBRO/ COMPLETO ¿Cuál es el colmo de una escritora de romance? No saber qué es el amor. Olivia Stacey está decidida a aprender. El abandono de su padre y el deber cuidar de su deprimida madre ponen en marcha su resolución. Necesita crear un...