No puedo ayudarte.

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—¿Seojoon? No... no, Hyungsik —dice la doctora de la escuela tratando de adivinar el nombre del castaño.

Taehyung esperaba sentado mientras la doctora terminaba con su adivinanza. Él la había visitado con la esperanza de que le brinde ayuda para poder dormir. Hace días el castaño no lograba conciliar el sueño y eso ya estaba empezando a cansarlo.

—No, no Hyungsik. No me digas —continuaba la doctora—. ¿Minho? ¿Seokjin? !Kevin! No, Kevin, fue en los años 90, no es ese. Isak. No, ¿no es Isak? Bueno, estoy perdida.

—Taehyung —responde alegrando a la contraria.

—¡Taehyung! ¡Sí, lo sabía, Taehyung! ¿Qué te trae por aquí, Taehyung?

—Tengo problemas para dormir.

La mujer le observa esperando a que el castaño diga algo más, esperaba algo más grave que problemas para dormir—. Ah, ¿eso es todo? Correcto... ¿no estás cansado?

—Umm, si, de repente, un poco. Como anoche, dormí dos horas. No pude dormir otra vez.

—Sí, eso es agotador —responde la doctora comprensiva.

—De repente, no sé cómo...

—Sin luz azul —interrumpe la mayor.

—¿Qué? —pregunta el castaño aturdido.

—La luz azul, ya sabes, la de las pantallas, las computadoras, los teléfonos, televisión. Eso es lo que mantiene a la gente joven despierta. Por lo tanto, no hay pantalla antes de dormir y listo, está resuelto.

—En realidad, lo siento, pero no creo que eso sea todo.

—Eso es todo.

—Eso es todo.

—¿Qué es entonces? —pregunta la mayor al no ver convencido a Taehyung.

—No lo sé. Es por eso que realmente venía.

—Sí, pero usted puede tener una pequeña idea de todos modos, ¿verdad? ¿Qué piensas cuando no puedes dormir?

—En todo... en nada.

—¿Todo o nada? No es lo mismo. Todo, nada... no es lo mismo. Tienes que saber, de todos modos, un poco. No quieres decírmelo, ¿verdad? —la doctora observa a Taehyung nervioso.

—Pero no hay nada especial en ello.

La mayor suspira—. Te voy a confiar algo, Taehyung. Yo también tengo un montón de problemas... para hablar de mi. Llámale timidez o modestia. Pero hay una persona a quien me atrevo a decirle todo. Es... es Jerome, mi marido. Quiero decir, no es mi marido, ya que no estamos casados. Bueno, estoy casada, pero no con él. Paro. Puedo contarle todo: mis días laborales, entre adolescentes que piensan que están embarazadas, profesores que piden consejos porque siempre tienen acné... puedo contarle mis fantasías. Y lo he hecho, Taehyung. Mucho. Puedo decirle mis deseos de asesinato cuando mi hermano me acosa para que pueda irme de vacaciones en una semana con nuestra familia. Todo eso, no me atrevo a hablar con cualquiera, pero con Jerome, sí. Sé que puedo decirle todo porque confío en él. Si supieras lo relajante que es poder hablar con alguien que te conoce bien. Encuentra a tu Jerome, Taehyung. Encuéntralo.

—Lo intentaré.

Al salir del consultorio, el castaño tenía su mente hecha un revoltijo. Debía admitirlo, un rostro y un nombre pasaron por su cabeza al escuchar todo lo que la doctora le había compartido. Sin embargo, era mejor pensar un poco en lo que diría, aclarar sus ideas y formar seguridad para hablar de sí mismo.

Mientras estaba sentado en una de las bancas del patio pensó en sacar su teléfono de su chaqueta. Pero, no sólo encontró su teléfono, en la bolsa también había una hoja doblada la cual le dio curiosidad. No recordaba haberla puesto ahí. Cuando la abrió, no pudo evitar sentirse sorprendido. Era un dibujo de Jungkook.

Se mostraban dos perspectivas diferentes, en una un pequeño mapache observaba a un erizo de lejos, lo observaba ansioso detrás de un muro, debajo de ese recuadro decía "Jungkook número 25473 deja escapar su oportunidad". En el otro, el mapache se acercaba al erizo para entablar una conversación con él, ambos sonreían y debajo estaba escrito "Jungkook número 36512 corre hacia su destino".

Ahora estaba más confundido, al levantar la mirada pudo notar a Jungkook caminando a largo del patio. Y, sintió, que ese era el empujoncito que él necesitaba para por fin hablar. Guardo la hoja en su chaqueta y tomó su mochila para después caminar y acercarse a su amigo que estaba recargado en un muro.

—¿Tienes tiempo para hablar después? —pregunta yendo al grano rápidamente.

JiMin asiente—. Sí, cuando quieras.

Ambos chicos concuerdan en hablar por la tarde, cuando las clases terminen y vean a los alumnos retirarse. El castaño a lo largo del día piensa en sus palabras y las repasa en cada oportunidad que tiene. Se siente ansioso y no quiere decir algo que pueda arruinar el momento.

Cuando la tarde llega y la campana suena por toda la escuela, las manos de Taehyung comienzan a temblar y sudar debido a los nervios. Mientras camina en dirección al patio, ve a su amigo ya sentado en una de las bancas. El castaño no se toma el tiempo de dudar, lo mejor era acabar con todas sus dudas de una vez por todas.

Taehyung toma asiento a un lado de su amigo y empieza a hablar después de unos segundos de silencio.

—Tienes razón. He estado raro últimamente, sabes que con mis padres es complicado —el mayor asiente—. Están las clases, está la renta que no puedo pagar. Y... creo que me enamoré.

—¿De Joy?

—No, no de Joy, no —JiMin lo observa confundido—. No es una chica —confiesa en voz baja el castaño, observa a su amigo ampliar sus ojos y mirar hacia el suelo—. ¿Te sorprende?

—Pero... ¿no soy yo?

—No, no eres tú. Bueno, a finales del año pasado me preguntaba si... no. Ríndete, hermano. No eres tú.

—¿Quién es entonces?

—Jungkook —JiMin se acerca más al castaño al escuchar ese nombre—. Es el chico con quien se suponía debía pintar el mural.

—Sí, pero él tiene novia, ¿verdad?

—Seulgi. Y por eso es complicado. Un día, él la deja y viene conmigo, pero al día siguiente, me deja como idiota y vuelve a besarla. Bueno, por eso estaba tan raro desde hace un tiempo. Te prometo, quería hablar contigo sobre esto, pero la verdad es que... no podía hablarte sobre esto. Y esta mañana, fui a ver a la doctora porque.. porque no duermo desde hace una semana. Ella me dijo que hablara de eso con alguien de confianza. Le dije a Mika y la cagué. Joy, ella simplemente hizo todo mal.

—¿Los demás lo saben?

—Lisa, ella lo sospecha, seguro. Emma y Rosé, cada rato, me miran de forma extraña. Creo que ellas entienden y Jennie, cada vez que hablábamos de ello, discutimos. ¿Qué piensas? —pregunta el castaño cuando nota al mayor no dirigirle la mirada. JiMin no contesta y Taehyung está comenzando a sentirse desanimado—. Di algo, por favor. Eres mi mejor amigo.

—¿Sabes qué? No puedo ahora —responde JiMin segundos después—. Necesito tiempo.

El mayor toma sus cosas del suelo para levantarse de forma brusca de la banca. Se aleja con prisa y deja al castaño herido. Sintiéndose pequeño en ese patio. Sin quererlo, una lagrima se desliza por su mejilla.

Su mejor amigo lo había dejado y Taehyung sentía que ya no volvería.

𝒃 𝒊 𝒑 𝒐 𝒍 𝒂 𝒓 𝒊 𝒕 𝒆 🍁 𝒌𝒐𝒐𝒌𝒗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora