Esto no es un adiós.

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Jungkook se aferraba al cuello de su novio en ese abrazo que le estaba calando en el interior. Habían estado varios días juntos. Sin embargo, ya era tiempo de que el pelinegro volviera a casa. La idea, en un principio, no le había sentado tan bien a Taehyung, pero él sabía que su novio también debía ir a su casa, ver a sus padres y dormir en su cama.

Ahora estaba un poco más consciente de que las distancia no tendría porque arruinar su relación. ¿Estaba preocupado? Sí. Ya no tanto como en un principio, pero debía trabajar más en ese aspecto para poder llevar una relación sana con el mayor.

Taehyung quería que el tiempo en esa parada de autobuses se detuviera y le dejara disfrutar más tiempo el calor del contrario.

—¿Estás bien? —preguntó el pelinegro mientras sostiene la barbilla del menor para que le mire.

—No quiero que te vayas —responde Taehyung cabizbajo. Su nariz estaba de un color rojo después de soltar un par de lágrimas.

—Hey —Jungkook junta sus frentes—. Me voy porque desde hace una semana no he ido a casa. Necesito ver a mis padres. Además, ya no puedo seguir usando tu ropa.

—¿Tienes algún problema con mi ropa? —Taehyung sonríe mientras ve que su sudadera apenas lograba cubrir el cuerpo contrario.

—Sólo con la talla.

—Si quieres... vamos a ir al bosque mañana con los demás para celebrar la re-apertura de la sala común. Puedes venir.

—Sabes... me siento mejor, pero aún no tengo ganas de estar con tanta gente —el castaño asiente triste y el mayor le toma el rostro con sus manos—. ¡Oye! Esto no es un adiós.

—Lo sé. Lo sé.

—Dijimos minuto a minuto —Taehyung ríe levemente, el pelinegro aprovecha para darle un pequeño beso en los labios—. Minuto a minuto.

Jungkook besa al castaño con más ganas al ver de reojo al autobús acercarse. Hace que el menor abra más su boca y le pega con deseo a su cuerpo. Esperaba que ese beso le durara todos los días en que no se podrían ver. Se separaron con dificultad y el pelinegro se acercó al autobús, cuando estuvo cerca de la puerta se giro en dirección al castaño.

—Taehyung —el nombrado alza la vista del suelo—. Te amo.

—Yo también.

Jungkook da un paso hacia atrás adentrándose al vehículo. Las puertas se cierran y él mantiene una sonrisa mientras se alejan uno del otro.

El castaño ve partir el autobús con algo de tristeza. El no estar cerca sería un poco complicado, pero no imposible. Ellos estaban bien y eso era lo que importaba. No tenía porque pensar en otras cosas qué tal vez solo le generarían más dudas.

Él también comenzaría a trabajar en sí mismo minuto a minuto.

𝒃 𝒊 𝒑 𝒐 𝒍 𝒂 𝒓 𝒊 𝒕 𝒆 🍁 𝒌𝒐𝒐𝒌𝒗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora