PONI.

99 17 0
                                    

La respiración de Taehyung es lenta y calmada. El día anterior había sido completamente inesperado, casi parecía solamente un buen sueño. Pero no lo era. Jungkook y él habían estado juntos íntimamente por primera vez. Era algo maravilloso.

Mientras dormía, el castaño recordaba los besos de Jungkook, su voz, sus toques sobre su cuerpo. Todo eso, aún le generaba un gran cosquilleo en su estómago y una reacción un poco vergonzosa en otras partes. Se sentía esperanzado a que las cosas iban por buen camino.

Cuando empezó a sentir que el frío se hacía presente en su espalda, Taehyung sintiéndose un poco abandonado, deslizó su mano hacia el lado derecho de su cama. Deseaba encontrarse con otro cuerpo a un lado de él. Sin embargo, el lugar estaba vacío.

¿Jungkook le había dejado nuevamente? Anhelaba que no.

El teléfono del castaño vibra y aturdido lo toma. Su padre le había mandando un mensaje y, aunque era bueno saber que se seguían comunicando, Taehyung quería que hablaran de otras cosas y no de su madre.

"A tu madre le gustaría que viniéramos a misa la semana que viene. Espero estés disponible."

El castaño disgustado bloquea el celular y lo lanza a algún lugar de la cama. Se vuelve a acostar y se detiene a observar las marcas de pintura que aún yacen sobre su cuerpo. A lo lejos, escucha un par de risas, lo cual lo descoloca y lo incita a levantarse. Se coloca solamente su ropa interior para después de salir de su habitación.

En la cocina se encuentran Lisa, Mika y Jungkook, los tres ríen mientras hablan. El castaño quiere ignorar el hecho de que el pelinegro está semidesnudo frente a sus compañeros.

—Oye, estás despierto —el pelinegro se acerca sonriendo al castaño para besarlo—. Hola.

Taehyung cierra sus ojos mientras Lisa y Mika se observan divertidos. Les alegraba ver que su compañero por fin parecía tener algo serio con Jungkook.

—Y todo eso es... —dice el menor al observar muchos ingredientes sobre la barra. Al parecer el pelinegro estaba haciendo el desayuno.

—¿Esto? —Jungkook retira el sartén de la estufa para que el castaño pueda ver mejor lo qué hay.

—Esto es... un PONI —responde Lisa dándole un trago a su café— Un plato oscuro no identificado.

—Lo siento, Tae —dice Mika—. Corrió a la nevera, sacó un montón de cosas. Pero se veía muy confiado, así que lo dejamos.

—Es estúpido que no tienes arándanos y tocino.

—¿Para la tortilla de hinojo-canela? Creo que ya somos bastante buenos en términos de contrastes —contesta Mika a lo dicho por el pelinegro.

—Pero no, para hacer muffins —Jungkook observa a Lisa—. Muffins de arándano y tocino.

—Ah si, está bien. Usted no respeta nada, de hecho —dice la castaña con tono divertido.

—Te juro que son súper buenos.

—Ah... no estoy seguro —responde Mika tratando de imaginar el sabor de esos muffins.

—Por cierto, ¿no hicimos mucho ruido cuando llegamos a casa anoche? —pregunta el pelinegro mirando primero a Lisa y después al castaño. Taehyung le sonrió juguetón.

—Oh no, en absoluto. No escuche nada. ¿Escuchaste algo? —pregunta la castaña a Mika.

—Uh si, te escuche besar —pronuncia Yeri entrando a la cocina, hace que la atención de todos se centre en ella debido a que no sabía que era la discreción—. Ahora estoy agotada. Voy a tener que volver a la cama. Lisa, si pudieras... sería genial darle a Taehyung tu habitación porque no tienes vida sexual. Gracias.

—¡Ah! Pero sí, en realidad. Por eso eres una porquería ahora mismo. ¿Es la falta de polla, Lisa? ¿Falta de pene? —cuestiona Mika recargado sobre la barra.

—Acepto... ¿vas a ser aburrido en realidad?

—¡Oh, oye! Lisa, está bien. ¿Olvidaste tu humor en la cocina o qué?

—Son demasiado cool tus compañeros de cuarto —dice con sinceridad el pelinegro.

—No, están locos en este lugar —responde distante el castaño.

—¿Estás bien? —el pelinegro pregunta sonriendo. Sin embargo, por dentro se sentía intranquilo, Taehyung solo estaba observando el suelo y eso no era buena señal.

—Creí que te habías ido esta mañana.

—Bueno, no. Mira, estoy aquí. Puede que me haya metido con la canela...

—Lo que quiero decir —el castaño interrumpe a Jungkook—. Es que pensé que te habías ido como la última vez con Seulgi.

—Pero Taehyung —el pelinegro deja la sartén para acercarse al menor—. Finalmente, ¿por qué haría eso? Ya no estamos juntos.

—Detente. La última vez que dijiste eso te encontré con la lengua en su boca en la fiesta de Joy.

Jungkook suspira antes de acercarse más al castaño y tomar su rostro entre sus manos—. Sabes, Seulgi, ella me conoce de memoria. Y sí, por un tiempo, me hizo pensar que teníamos que volver a estar juntos. Y tú... no te veías listo. No sé. Me dio miedo.

—¿De qué?

—Tenía miedo de que... no quisieras nada serio.

—Quiero algo serio.

La respuesta alegra al pelinegro. Ellos estaban avanzando después de tanto tiempo. Y le costaba creer que alguien como Taehyung quisiera estar con él. Jungkook, queriendo detener el tiempo, acerca sus frentes y después roza sus narices.

—Bien, porque no me iré a ninguna parte.

—¿Ah si? —pregunta el castaño dejando su boca entreabierta, como si fuera una invitación para que Jungkook se adentrara en ella.

El pelinegro rozó sus labios antes de impactarlos. El beso, como los anteriores, era intenso y excitante para ambos. Estaban dejando su miedo de lado poco a poco. Y eso, no podía hacerlos más felices de lo que estaban ahora.

𝒃 𝒊 𝒑 𝒐 𝒍 𝒂 𝒓 𝒊 𝒕 𝒆 🍁 𝒌𝒐𝒐𝒌𝒗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora