Narra Marco 26 de junio de 2018 📍Kiev Hoy es la final de la champions, mi segunda con el equipo y la tercera final del equipo. Estoy nervioso, como es normal, y no hay ninguno de mis compañeros que esté tranquilo al punto de tranquilizar a los demás. La final es por la noche y ahora estamos concentrados en el hotel. Hoy ya no están con nosotros los familiares para que así únicamente nos centremos en lo que va a tener lugar esta misma noche. -¿Qué? ¿Se te está resistiendo la comida o qué? -me dijo Nacho acompañado de un codazo para llamar mi atención. Estaba jugueteando con mi plato de judías verdes y con mi vaso de agua en la otra mano. Por el codazo, unas cuantas gotas se salieron del recipiente cilíndrico y me sirvió para darme cuenta de que llevaba sujetándolo 10 minutos sin beber ni una sola vez. -No me entra nada tío, tengo muchas cosas en la cabeza. -le contesté yo dejando mis cubiertos encima del plato. -¿Y puede ser que entre esas cosas haya algo que empiece por C y que acabe en "arolina"? -dijo Lucas uniéndose a la conversación. Yo pasé mis manos por mi cara y bebí agua. -Si ya sabéis que sí, ¿por qué no dejáis de recordármelo? -le contesté. -Chencho, tío, no iba a malas. Necesitas buscarte una novia ya para olvidarte de Carol. -dijo Casemiro pasando por delante de mi silla y dándome una colleja a su paso. -Oye, que a lo mejor viene a vernos esta noche. -añadió Isco. -¿Quien? ¿Carolina? Lo dudo. -dijo Nacho.- Ella tiene una vida y cosas que hacer allí. -Y así, con cuatro palabras, Nacho me quitó la esperanza de volver a verla. Era demasiado esperanzadora y difícil de cumplir, pero cuando Isco lo comentó (antes no había ni valorado esa opción) un atisbo de esperanza apareció en mí y mi cabeza empezó a crear películas como si director de cine fuera. -Lo que necesita es olvidarse de chicas y centrarse en el fútbol, que dentro de unas horas tiene un partido que jugar y 90 minutos en los que rendir. -sentenció Sergio haciendo evidente su deber de capitán. Asentí. Sergio llevaba toda la razón del mundo y, aunque sé que para él Carolina es como una hermana, también sé que lo dice por mi bien. -Chicos, escuchadme. -dijo Florentino, el presidente, llamando nuestra atención. Estaba al final de la larga mesa en la que los jugadores comíamos y tras él había una lona blanca.- Hoy es una noche muy importante, tanto para vosotros como para el equipo. Confío en que todo va a salir genial y que, bajo las órdenes de nuestro entrenador y cuerpo técnico, lograremos levantar la orejona esta misma noche por tercer año consecutivo. Y al igual que yo, hay otra persona que también lo cree y que os ha querido enviar fuerzas. -dijo el presidente echándose a un lado dejando la lona completamente sola. Una luz impactó sobre aquella lona blanca y la cara de Carolina apareció parada en ella. El chico que estaba con el proyector, inició el vídeo desde el ordenador y por fin Carol empezó a hablar. {Vídeo} ¡Hola chicos! ¿Qué tal estáis? -empezó a decir con su característica sonrisa.- Yo aquí, preparando cosas y aunque me habría encantado estar en Kiev con vosotros, no he podido. De todas formas, desde Los Angeles os estaré viendo y apoyando como nunca. No va a ser fácil pero todo el madridismo confiamos en vosotros y sabemos que os dejaréis la vida en el campo. Como siempre, toca luchar hasta el último segundo del partido y por favor, salid con todo al terreno de juego. Espero volver pronto a casa para enseñaros el título y también ver una orejona más en el museo. La champions va a volver a casa una vez más, estoy segura. Desde el otro lado del planeta os mando todo el cariño, el apoyo y el ánimo del mundo. Disfrutad el partido que la historia ya está hecha y vamos a seguir escribiendo más capítulos. No lo necesitáis, pero os deseo mucha suerte. ¡Os quiero mucho a todos! ¡Sois increíbles! ¡Hala madrid! -dijo llevándose las manos a la cara y tirándonos varios besos. Terminó el vídeo tal y como lo había empezado, sonriendo. Pero ahora había hecho que todos nosotros también lo hiciéramos. De verdad que cuando os digo que esta chica es increíble es por algo. Justo al terminar el vídeo que Carol nos había grabado desde América para desearnos suerte, el chico del ordenador proyectó un vídeo que creo que ninguno de nosotros sabía que existía. Era del European dance competition. Recuerdo ese momento perfectamente, como si fuera ayer. Habían anunciado el empate contra Suecia y, al contrario que todos, la rubia tenía una tranquilidad envidiable. Tras nuestras preguntas, ella se dispuso a hablar y soltar un discurso digno de cualquier capitán. {Flashback} -A ver, que los suecos no nos lo van a poner fácil es un hecho, pero nosotros a ellos tampoco. Un empate no significa que no hayamos sido lo suficientemente buenos, si no que los dos equipos contamos con grandes y fuertes bailarines. Chicos, Rubén y yo vamos a salir a dejarnos la piel si hace falta ahí fuera. -dijo intentando animarnos, pero ninguno levantaba la mirada del suelo.- Estar aquí ya es un triunfo, ya es historia. España nunca ha llegado tan lejos que ahora y deberíamos estar orgullosisimos. ¿No fue duro jugar contra la Juve? Si, ¿y que hicimos? Luchar y ganar. ¿No fue duro ganar la décima? Sí, ¿y que hicimos? Luchar hasta el final. Porque somos el Real Madrid y siempre luchamos hasta el final. Yo confío y no me bajo del barco, ¿y vosotros? -terminó poniendo una mano en el centro, creando así un círculo con todas nuestras manos unidas en un mismo lugar. -¡Hala Madrid! -gritamos todos y los bailarines a cargo del dueto salieron al escenario. {Flashback} Todos observamos el vídeo sin pestañear y sin borrar la sonrisa de la cara. Después, el ordenador dejó de emitir vídeos y el proyector se apagó, dejando el comedor de nuevo centrado en la comida, pero con una tranquilidad instaurada en el cuerpo. {Vídeo}
-Venga chavales, a descansar y a concentrarse. Ya sabéis que a las 19:00 tenéis que estar todos aquí y listos para salir hacia el estadio. -dijo Sergio saliendo del comedor con él a la cabeza del equipo. -Hasta luego. -dijo Isco y todos nos despedimos para entrar en nuestras respectivas habitaciones. Apagué mi móvil después de ver por última vez mi fondo de pantalla en el que todavía reposaba una foto mía con Carol haciendo el tonto, una de las muchas fotos idiotas que tenemos. Dejé el móvil encima de la mesilla que había al lado de la cama y rebusqué entre mis cosas para encontrar la sudadera de Carol. Ya no huele tanto a ella, han pasado muchos meses pero ese olor se ha quedado guardado en mí para siempre. Me tumbé en la cama con la sudadera a mi lado y miré la foto Polaroid que nos sacamos Carol y yo la noche de la guerra de harina. Sé que pensaréis que no hago otra cosa que hablar de Carol, Carol y más Carol, pero, no sé si tristemente para mí, no puedo pensar en otra cosa.
El partido terminó finalmente con un 3-1 proclamándonos ganadores una vez más, por tercera vez consecutiva, en Kiev frente al Liverpool. Todo era alegría, todo eran risas, felicitaciones y sonrisas por todos lados, y si había lágrimas, eran de felicidad. Llegamos al hotel de nuevo para cenar las hamburguesas que nos habían preparado como recompensa tras un partido tan duro y aproveché este momento para mirar las ardientes redes sociales por nuestro triunfo. Después de la cena tendríamos que coger el avión que nos llevaría de vuelta a España para celebrar el título en la capital así que lo tenía que ver ahora.
realmadrid ☑️
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realmadrid champ13ons!
carolinadiaz 🥺 ¡Muy pronto me tenéis por allí viendo la orejona! ¡Hala madrid!❤️ ↪️realmadriddance ¡a ver si es verdad! Todos te echamos mucho de menos, Carol💜
Entre millones de publicaciones me apareció una historia de Laura. Pinché en la storie y era un vídeo de Carolina saltando de un sofá celebrando uno de los goles que ha metido Gareth esta noche con Rubén y Daniel y un "anda que venir a verla después de no sé cuantos meses y ponernos fútbol de los pesados que vemos todos los días...😜 Hala madrid!" escrito. Yo sonreí al ver a la rubia vestida con una camiseta del equipo y viendo cómo disfrutaba viéndonos jugar. ¿Que le echábamos mucho de menos? Yo no sé los demás, pero al menos yo le echo de menos por infinitos enteros. ¿Lo peor de todo? Que no sé si en algún momento voy a conseguir dejar de echarla de menos.
