Rey Oscuro.

LVIII.

Ni Naruto, ni Fairy Tail me pertenecen. Todo derecho es de sus respectivos dueños.

Empecemos...

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God Serena había muerto, sin embargo, antes de caer se llevo a Jacob con él hacia la muerte, dejando debilitados a los escudos.

En el puerto de Hargeon las peleas habían empezando. Dimaria estaba arrodillada en el suelo viendo la sangre caer de su boca. Furiosa, observo a la niña que se atrevió a lastimarla.

- ¡¿Como te atreves a profanar mi mundo?!- pregunto la maga con los ojos ocultos por su pelo.

- Sensei me salvo una vez más- expreso Chelia viendo la runa en su brazo brillar tenuemente.

Aquella runa había sido una invención de Naruto con ayuda de Ultear hace años. El dragon slayer había previsto que algún día algún mago con magia de tiempo superior a la de Ultear, aparecería.

Dimaria levanto la mirada dejando ver sus ojos furiosos.

- ¡¡Este mundo es mío y solo mío!!- grito blandiendo su espada dejando escapar cortes que bailaban en el aire-. ¡¡No dejaré que nadie interfiera en él!!-

- ¡Bóreas del Dios del Cielo!-

El escudo se defendió con su espada de las fuertes ráfagas de aire. Su expresión furiosa se calmo mostrando ahora una sonrisa confiada.

- Déjame mostrarte lo que significa controlar el tiempo... déjame mostrarte el verdadero poder de los once-

Con un movimiento de su espada mando hacia atrás a Chelia. Con una sonrisa, Dimaria bajo su brazo haciendo estallar una onda de poder mágico dándole a la niña. Chelia grito de dolor cuando sintió el ataque en ella, el suelo se destrozo, y la niña fue mandada a volar más metros atrás.

Chelia se levanto rápidamente enfocando en su enemiga. Sus ojos se impresionaron cuando frente a ella, la escudo tenía otra apariencia.

- Take Over- expreso Dimaria cuando la nube de polvo se despejo-. God Soul. Mi nombre es Chronos y soy la diosa del tiempo-

- Así que un dios, ¿eh?. Tienes mala suerte- dijo Chelia apretando su puño con una sonrisa en su rostro.

Sin dar respuesta, Dimaria alzo su brazo extendiendo uno de sus dedos. Rápidamente un láser salió atrevasando la pierna derecha de Chelia.

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Estaba agitado. Soñaba con sangre y muerte. Ya no lo soportaba, las visiones de la guerra lo devoraban lentamente. Un dragón abrió sus fauces listo para devorarlo. El hombre apretó sus puños y atacó al ser alado. Un grito lo despertó de aquellas pesadillas.

Acnologia abrió sus ojos, despertándose, llevo su mano derecha limpiándose el sudor de su frente. ¿Sangre? Su mano derecha estaba manchada de aquel liquido vital.

Leves sollozos llegaron a sus oídos, girando la cabeza observo asustado a su esposa sangrando.

- ¡Mikoto!- exclamo Acnologia levantadose rápidamente.

Tomo a su mujer entre sus brazos, acunandola, limpiando las lagrimas.

- ¡¿Que sucedió?!-

No recibió ninguna respuesta. Rápidamente la respuesta llego por si sola cuando conecto los puntos. Había sido él, él la había lastimado.

- Lo siento, mi amor. Lo siento- expreso Acnologia abrazandola más fuerte.