Rey Oscuro.

XXXVI.

Ni Naruto, ni Fairy Tail me pertenecen. Todo derecho es de sus respectivos dueños.

Empecemos...

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Más de la mitad de Dressrosa fue destruida gracias al avance de la jaula. Un edificio comenzó a caerse al ser cortado.

- ¡¡Corran ya casi llega a la mitad!!- grito uno de los civiles corriendo llevando a sus hijos en los hombros.

-¡Los edificios están cayendo uno por uno!- 

- ¡La jaula esta empujando las ruinas hacía nosotros!-

- ¡El país se hace cada vez más y más pequeño!-

La jaula seguía avanzando haciendo retroceder a todo el pueblo hasta el centro de la cuidad.

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- ¡Jura! ¿donde vamos?- pregunto Hoteye al mago santo.

- Iremos a tratar de detener la jaula lo más que podamos- exclamo yendo hacía los hilos-. ¡Díselo a todo mago que pueda moverse!-

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- Dragon... Force-

La pupilas de Naruto se volvieron afiladas como las de un felino. Las marcas de sus mejillas comenzaron a profundizarse marcándose más. Una pigmentación de color negro apareció alrededor de sus ojos. Sus uñas crecieron convirtiéndose en garras.

El sonido de piel abriéndose comenzó a sonar y de la espalda de Naruto surgió un ala de dragón de color negro. En sus manos y ante brazos surgieron escamas negras. 

- Ahora pareces un demonio, fufufu- comenzó a reír Doflamingo.

Solo el silencio fue la respuesta que recibió el mago santo.

Naruto dejo escapar un suspiro y se cruzo de brazos mirando a su enemigo.

- ¡No actúes tan arrogante!- dijo Doflamingo atacando.

Tres hilos viajaron dispuestos a perforar la cabeza del dragon slayer. Naruto sin moverse del sitio esquivo los hilos con simples cabeceos.

- Muy lento- exclamo Naruto, su tono de voz se había hecho más grave, dejando salir su poder mágico-. A partir de ahora... no podrás hacer nada-

Un sentimiento recorrió el cuerpo de Doflamingo por primera vez en su vida. En ese momento, sintió el verdadero terror.

Naruto avanzo rápidamente hacía su enemigo, el suelo debajo suyo se agrieto frente a la presión. Doflamingo trato de cubrirse como pudo con sus brazos ante el golpe.

- (¡Se hizo más fuerte!)- pensó el mago santo sintiendo sus brazos flaquear frente a la nueva fuerza.

Doflamingo salio disparado del palacio descendiendo hasta el suelo, donde atravesó varias casas hasta chocar con un edificio.

Se levanto lentamente estudiando su alrededor.

- (Este es el centro de la cuidad... caí bastante lejos)- pensó agitando sus brazos frente al hormigueo que había nacido en ellos. Su mirada se poso en Naruto que iba a su encuentro volando a toda velocidad. En un parpadeo el dragon slayer desapareció de la vista de Doflamingo.

No pudo ni pensar cuando una patada impacto de lleno en su cara estrellándolo contra varias casas.

- ¡Ve!- grito un civil que se encontraba cerca y había visto todo-. ¡Tu puedes, Rey Oscuro!-

Enterrado entre los escombros de las casas Doflamingo comenzó a maldecir.

- (Casi me fractura la mandíbula con esa patada)- pensó con furia apretando sus dientes.