XXIX

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Amir me ordenó que llevara a Andrés a la habitación que Martha le preparó cuando estuvo lista.

— ¿Por qué aceptaste? —le pregunté con demasiada confianza.

—Porque sé que tú y yo podemos hacer grandes cosas—sonó como Amir.

—Sabes que no creeré eso—lo miré incrédula

—Lo sé—sonrió de manera perversa

— ¿Entonces? —arqueé una ceja

Él miró para todos lados.

—Estamos seguros, cuando yo estoy con alguien ninguna persona nos sigue. Esa es la confianza que me tienen para poder controlar una situación.

Llegamos a su habitación

—Esta será tu habitación—puse mi mano derecha en la perilla para abrirla

Estaba en el mismo pasillo que la mía, a Martha no se le escapaba nada.

—No podemos hablar aquí—me detuve no la abrí

—Está bien, como tú quieras— seguí caminando

— ¿A dónde vas?

—Sígueme— conozco el lugar perfecto para hablar

Caminé hasta mi habitación, abrí la puerta

—Pasa

Entró y cerré la puerta

— ¿Quién duerme aquí? —preguntó confundido

Casi no había nada en la habitación, sólo lo básico, una cama y una mesa de noche.

—Yo

—Eso explica mucho

Bufé

— ¿Me dirás? —arqueé una ceja

— ¿Cómo sé que puedo confiar en ti? —se recargó en el marco de la puerta

—Buen punto

—Por como actuaste cuando te enteraste, sé que algo tramas. Algo que no beneficiará a Amir—me miró fijamente.

Me quedé callada, mirándolo. Respiré profundo y exhalé.

¿Podía confiar en él?

¿Cómo podría saber que no me engañará y le dirá mis planes a Amir?

—Será mejor que hables, acabo de cerrar un trato con él

Así que mejor opté por cambiar de tema.

— Porqué mejor no me cuentas, ¿de dónde diablos conoces a Amir? —solté una respiración sostenida—quiero la verdad.

—Lo vi varias veces con mi abuelo. En reuniones importantes, pero no en las reuniones privadas, típicas de nuestro mundo, sino, en reuniones donde acuden las personas más importantes del país. Después varias veces lo escuché hablando con él por teléfono y en dos ocasiones lo miré en juntas de nuestro mundo. El día que murió mi abuelo venía de una junta con Amir.

— ¿Qué día murió tu abuelo? —en ese momento supe lo que vendría como respuesta.

—El 18 de enero

—Ese día Amir tuvo una junta con Escorpión en una de nuestras bases en la frontera.

—Entonces confirmas que si se vieron. Mariano era conocido como el Escorpión en el mundo de la mafia.

—Esa misma noche recibimos órdenes de aniquilar una camioneta negra blindada. No supimos quien era, los chicos sólo recibieron mis especificaciones, las cuales Amir me había dado. Lo siento Andrés.

Su mirada estaba llena de impotencia, rabia y de una sed de venganza.

Le dio un golpe a la pared y me miró fijamente.

—Acabas de venderle tu alma al diablo—le dije al sentarme en la cama— ¿Quieres venganza? —Sus ojos brillaron

— ¿Serías capaz de traicionarlo?

—Ponme a prueba—crucé las piernas y lo miré fijamente

— ¿Por qué lo harías?

—Por mi libertad, algo que siempre he querido, pero que nunca he tenido.

—Sabes que nosotros nunca tendremos libertad.

—Lo sé.

Lo sabía, nunca tendría por completo mi libertad, pero él sería el dueño de todo lo de Amir y yo saldría sobrando, si todo salía como lo tenía planeado.

—Pero puedo darte algo mejor—sonrió—puedo darte información que te sería de mucha utilidad

— ¿Qué tipo de información?

—Sobre ti y sobre quién eres en realidad.

—Habla

—Nada en esta vida es gratis, Dabria, si quieres saber quién eres tendrás que decirme qué es lo que tienes planeado

Estaba a punto de confesarle lo que había querido hacer desde años atrás.

—Matarlo

— ¿Realmente quieres tu libertad, no es así?

—Siempre he pensado en cómo sería mi vida, si no me dedicara a esto. Aunque estando en un orfanato dudo que hubiera sido diferente. La ventaja de esto es que tuve una vida llena de lujos, viajes, peligrosa, sí, pero buena y lujosa.

Él sólo se limitó a mirarme, la verdad no me importó lo que estuviera pensando, ni que sintiera lástima por mí. Lo único que quería era que me ayudara a completar mi plan.

Peligrosa BellezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora