Prólogo

146 5 0
                                    


En el ambiente se respiraba temor, nerviosismo, ansiedad por parte de la persona que tenía frente a mí. No podía creer que estuviera en esta situación, pero tenía que elegir una de mis opciones, así que tomé el arma, le quité el seguro y apunté a mi víctima.

—Por favor, no lo hagas— suplicó

—Lo siento, ya es demasiado tarde— tiré del gatillo y le disparé justo en la frente

Tenía que hacerlo, lo amaba, pero amaba más mi libertad.

Peligrosa BellezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora