- Gracias por traer mis cosas - le digo a Ren tomando asiento a su lado - la encargada del equipo tardo demasiado.
- Si... la encargada - murmura ella ligeramente y me guiña un ojo.
- Bueno, eso y un par de explicaciones.
- Por el tatuaje - chilla Ren quedito - Oh, no tienes idea, una vez salieron todos estallaron. Me vas a contar, ¿verdad?
- Jóvenes, por si les interesa, ya voy a comenzar con mi clase - nos gruñe la profesora ya que todo mundo parece sumergido en su propia charla.
- ¿De qué habla todo el mundo? - le pregunto a Ren mientras me siento correctamente en mi silla y saco mi libreta para copiar el diagrama que la profesora ha comenzado a hacer en la pizarra.
- De ti - me responde en susurro y yo la miro algo estupefacto - Del nuevo tatuaje del señor Osorio, de tu "relación" con Diego, del incidente con Renata el sábado, de que Renata deja el colegio...
- ¿Qué cosa?
- Oh, cierto, llegaste tarde... me prestas tu boli violeta - le extiendo mi bolígrafo y ella comienza a escribir el título en su letra cursiva bonita.
- Ren - inquiero exigiendo una explicación.
- Oh, sí, Renata se va - dice ella sin ocultar su gusto por la noticia.
- ¿Por qué? ¿la expulsan? - pregunto.
De ser así me parecería un tanto ridículo. No creo que nuestro "incidente" haya sido para llegar a tales extremos.
Ren niega con la cabeza remarcando su elegante letra del título.
-Nop, sus papás las sacan... - ella se vuelve y me entrega mi bolígrafo violeta - Me prestas el rosa.
Se lo entrego y le tiro una mirada severa, ¿qué le da a la gente hoy por tardar tanto en dar explicaciones?
- Por lo que ocurrió el sábado - continúa explicando - Les mandaron un citatorio a sus padres para una charla con el director por la conducta de su hija. Según Constanza eso les puso furiosos, acusaron al director de negligente ante su "pobre" hija y al colegio entero como una... uhm... una expresión rara pero no bonita, por todo eso la sacan de aquí y la inscribirán en un nuevo colegio. Gente encantadora, ¿no?
- ¿Sólo por eso?
Ella asiente - De hecho, han de estar justo ahorita con el director. Sepa Dios cómo se lo están devorando antes de marcharse con su hija.
- Pero Renata... qué dice ella.
- Como si a sus padres les importara eso, Joaquín.
Una extraña sensación de empatía hacia la cara de ardilla me embarga. Sé que ella puede ser muy horrenda y maldita la mayor parte del tiempo. Pero en ocasiones ya había pensado lo horrible que debería ser estar tan sola, sin amigos, sin nadie en quien confiar, pues todos tus "amigos" están dispuestos a darte una puñalada por la espalda a la primera oportunidad. Quizá sea su culpa por querer rodearse de gente así, pero si ella no conoce nada más.
- No pueden hacer eso, llevársela así...
Los ojos de Ren se desorbitan. - No me digas que quieres que se quede - dice sorprendida.
- Silencio allí atrás - dice la profesora sin volverse de la pizarra.
- No es eso - susurro a Ren - sólo que siento feo que las cosas ocurran así... no me parece justo.
- Quizá ella se lo ganó.
- Si... quizá - me limito a decir. Aunque realmente no puedo dejar de sentirme mal por ello.
