Capítulo 63 (-2) (Sin editar)

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Joaquín.

Abro los ojos y entonces soy consciente del pecho tibio en el que descansaba mi mejilla. Sonrío. No hay luz, pero sé que él me mira.

- Aún es muy de noche - me dice Emilio enredando sus dedos en mi cabello - Yo sólo...

- ¿Me veías dormir? - Interrumpo - Eso es extraño.

Emi ríe.

- Sí, lo es. Pero hacía más que eso, estaba pensando.

- ¿En qué?

- En que la primera vez que estuvimos así de cerca, tú estabas acostado sobre mi pecho, te miré y me sentí tan enamorado que tuve miedo... pero ahora soy feliz de poder tenerte así y sólo sentirme feliz.

- Tú vas a hacer que estalle de amor - le digo dando un beso en su barbilla y él sonríe.

- Tú preguntaste en qué pensaba, y sinceramente sólo he podido pensar en ti... en nosotros, en lo que sigue.

Oh, no. Llegó el momento de poner las cartas sobre la mesa.

- ¿Si sabes que me voy a la universidad en dos semanas?

-Lo sé. Felicidades por entrar a la Oxford, por cierto.

-Gracias... - murmuro sin saber preguntar lo que realmente quiero saber.

- Creí que estudiarías algo relacionado con negocios, fue una agradable sorpresa enterarme que estudiaras filosofía.

- Bueno... la maestra que cubrió tu lugar fue asquerosa, nadie debería recibir clases de una maestra así... me encantan las humanidades, quiero ser maestro de filosofía algún día, una buena, como tú.

- ¿En serio crees que fui un buen profesor?

- El mejor de todos -digo dando un beso en su mejilla -Y bueno... ¿Qué tal Washington? Los estudios y eso...

- No, no estuve con nadie más - dice con una sonrisa traviesa en su rostro - No te mentiré, lo intenté... pero es imposible cuando ya estás enamorado, entonces sólo quieres besar un único par de labios.

Se inclina y me besa suavemente. Sonrío.

- En serio eso no fue lo que pregunté - le digo, aunque no desprecio sus besos para nada.

-Dejé Georgetown, no volveré a Washington-confiesa y me tiro hacia atrás. Eso debería explicar porque hay tantas cajas y maletas en su departamento que esperaba encontrar vacío.

- ¿Qué? ¡¿Por qué?! - exclamo.

- Porque realmente jamás estuve convencido de irme, es una excelente universidad, pero no tiene caso si eso me mantiene lejos de la persona que amo.

- ¿Estás seguro, Emilio? - debería callarme y lanzarme a sus brazos, pero me asusta su decisión, está apostando alto a lo nuestro, como siempre... y como siempre yo soy el que no puede pensar en los peores escenarios. - Estás dejando mucho.

- Georgetown no es la única universidad del mundo Joaquín - me dice - Pero tú si eres el único en el mundo con el que quiero estar, cuando finalmente lo entendí así fue sencillo tomar una decisión.

- Pero tus padres, qué dicen de todo eso.

- Aún no lo saben, pero tranquilo, no enloquezcas por eso... deja que yo me encargue de mis padres.

- Van a odiarme.

- Te amo Joaquín Bondoni, me haces feliz y el hombre que siempre quise ser - me dice envolviéndome con sus brazos fuertemente - Si mis papás no lo entienden... lo lamento por ellos, porque entonces será su culpa perder la oportunidad de conocer lo asombroso y único que eres.

Mi profesor || Emiliaco || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora