- De acuerdo, ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi hijo? - se burla mi papá al otro lado del auricular.
- Papá... - me quejo.
Veo a unos metros el edificio donde vive Emilio, para mi sorpresa su departamento no me está tan retirado del colegio como pensé, a dos cuadras de aquí está el bar aquel de donde lo saqué la noche pasada, seguro venía rumbo a casa cuando se tomó aquella parada. En fin, he decidido llegar caminando, no me ha tomado ni una hora, apenas serán la 1:00 y Emilio saldrá del colegio hasta las 2:00. Mi papá me ha llamado mientras venía con rumbo y le dije sobre mi reciente elección como presidente de clase. No lo culpo por sorprenderse, pues bien, yo aún no lo creo, pero estos últimos días no han sido los más ordinarios de mi vida.
- Perdón, pero es que me cuesta trabajo verte a ti disfrutar estar al mando de tu clase y sus problemas cuando hasta la última vez que te vi odiabas salir de tu cuarto.
- Sí, suena loco papá, de hecho, ni yo mismo aún lo creo, pero pienso que quizá a veces la vida nos presenta lo que necesitamos de la manera menos esperada y hay que dar una oportunidad, ¿no lo crees?
- Sí, sí, sí, mira príncipe, mientras no te tatúes o te escapes con un motociclista rodante, por mi está bien hijo - bromea mi papá y yo rio - solo quiero que seas feliz.
Emilio no me pediría que me tatuara, ni es un motociclista rodante (creo) y me hace muy feliz, mi papá sin querer se está poniendo la soga al cuello a si mismo pues si la situación lo ameritase en el futuro tendré que usar sus palabras a mi favor, así que hago un esfuerzo por memorizarlas.
- ¿A qué hora llega tu vuelo el viernes?
- A las 7:00 pm, ¿iras por mí al aeropuerto?
- Estaré allí desde las 6:30 - le digo - te he echado mucho de menos pa...
- Y yo a ti mi pequeño Bondoni... cuando vuelva celebraremos tu elección.
- No es la gran cosa papá, solo soy el representante de otros 40 cabezones de mi clase - digo y mi papá ríe.
- Pero eso te asegura un lugar en el consejo estudiantil, no decías siempre que no hacías nada porque cuando hicieras algo sería muy importante, pues bien, creo que lo que deseaste toca a tu puerta.
- Entonces creo que debo de ser más cuidadoso con lo que deseo, parece que ando con buena racha.
- Bueno, ¿por qué no pides un novio? quizá se te cumpla - bromea mi papá y yo rio, si, algo nervioso.
- Me retracto, mejor se tú el cuidadoso con lo que desea... o se puede volver realidad - le digo y lo escucho reír - oye, ¿por qué no eres un papá normal? Se supone que tu deberías querer alejar a todo ser del sexo masculino potencialmente factible como novio para tu hijo, ¡no sugerirle que desee uno!
- Solo bromeaba, además, creo que eres lo suficiente inteligente como para mantener a cualquier todo ser del sexo masculino potencialmente factible como novio que no sea bueno lejos.
- Eres extraño, luego no te quejes cuando pienses que yo lo soy.
- Así te amo hijo, desde que naciste supe que no serías un niño ordinario y no me he equivocado.
- ¿Me estás llamando anormal de nacimiento o algo así? - le digo enserio, pero mi papá ríe como si estuviese bromeando.
- No bobito, te estoy llamando extraordinario.
- Esa es otra forma de decirme anormal.
- Y además perspicaz... - me dice divertido - ay hijo... ya extrañaba mucho oír tu voz y tu necedad... la última semana solo he escuchado negociaciones.