- Y ¿estás nervioso? - me pregunta Ren mientras caminamos a la salida del colegio.
- Tengo sentimientos encontrados - le digo - Por una parte, me siento ansioso por ver a Emilio de nuevo, es casi ya una semana desde la última vez que lo vi.
-Sí, está última semana de clases fue muy rara sin él haciéndonos reír por las mañanas, pero al menos tú lo verás de nuevo, el resto de nosotros tendrá que esperar a regresar de vacaciones el próximo semestre.
- Son como tres semanas - le hago notar su exageración - Y no te creas, eso es algo que me preocupa, pues no sé cómo voy a hacer para no lanzarme a su lado cuando lo vea... Soy una de las atracciones de la noche, la familia Montaño y Valdés espera conocer al novio de Diego y entre esas expectativas no está que me vean como un chico obsesionado con su profesor pegado a él.
- Puedes decir que tienes dudas sobre la tarea - se burla Ren.
- Ja ja, chistosa - le enseño mi lengua jugando y ella ríe.
-Sólo bromeaba, entiendo lo que dices, la verdad es que no me gustaría estar en tus zapatos, porque vas a conocer a la familia de tu novio, haciéndote pasar por el novio de su mejor amigo, y luego, te conocerán como el novio de Emilio.
- Oh, no lo había pensado de esa forma, pero gracias por hacérmelo saber, no te imaginas como me ayuda con los nervios - le bufo irónico.
- Perdón - se disculpa - Los trabajos finales han destrozado mi sentido común...
- Sí, lo pude notar...
- Al menos no estarás solo, Diego estará contigo.
- Vaya consuelo...
- ¿No te agrada Diego?
- Mucho, más quizá no de la forma en que te agrada a ti - le guiño un ojo y ella se pinta de colores.
- No sé de qué hablas.
- Claro que sí, pero dejaré para otra ocasión esta situación - le digo - Diego me agrada mucho, se ha comportado como un verdadero hermano conmigo, lo que me preocupa es la manera en que debo tratarle, ni él ni yo podemos ser muy cariñosos por mucho tiempo sin querer soltarnos a carcajadas...
- No te preocupes Joaquín, verás que todo saldrá bien. - intenta animarme.
- Eso espero, Ren, eso espero.
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- ¡Joaquín! cuidado por donde caminas - mi papá sostiene mi brazo evitando que caiga al bajar del taxi.
- Perdón...
Mi papá ríe y me ayuda con mi maleta de mano.
- No te disculpes por tropezar...
- Perdón - repito sin querer.
- ¿Nervioso?
Me limito a asentir con la cabeza.
- Quiero recordarte que todo esto es culpa tuya y de tu gran "comunicación" con Paul.
Tomo una de las maletas con rueditas y mi papá otras dos más y comenzamos a entrar, el lugar tiene una fachada preciosa.
- Y yo quiero recordarte que sólo somos dos simples invitados más.
- Entonces dime a cuántos simples invitados más sale el mismo Paul a recibirles - murmuro entre dientes al oído de mi padre pintando al instante una sonrisa amplia para Paul quien nos recibe con una igual de grande.
- ¡El clan Bondoni en persona! - dice con un animoso abrazo a mi padre y un beso en la mejilla para mí.
- Quizá dos sea mucho para un clan - le digo a Paul quien ríe.
