-Creí que pondrías más resistencia para acompañarme de compras- le dije a Emilio mientras entrabamos al centro comercial.
-Bueno, fue tu condición para acompañarme a la fiesta en la noche así que negarme no era precisamente una de mis opciones.
-Eso es cierto.
-Además, yo también necesitaba algo para usar- agregó Emilio- Tenía planeado ir quizá, así como estoy, pero ahora que iré acompañado no quisiera "desentonar".
- ¿Ibas a ir solo?
-Si, como te dije no conozco a mucha gente por acá, mis amigos viven en mi vieja ciudad y no creo que quieran viajar por horas solo para cantar las mañanitas y regresar a casa
- Entonces si no hay gente no crees que será una fiesta algo... apagada- Emilio rio con mi adjetivo
- No lo creo, estarán mis padres, y si llegan mis amigos es más que suficiente para hacer una buena fiesta- me miró como si me estuviera agradeciendo.
-Que bien- me limité a decir dudoso, creía que en la fiesta de Emilio habría más gente, por lo que al final acepté acompañarle, pero por lo que recién me contaba parecía ser más una celebración familiar donde comenzaba a dudar si sería apropiada mi presencia.
- ¿Ocurre algo Joaquín? - Preguntó Emilio extrañado por mi repentino silencio.
-No, bueno la verdad si
- ¿Dije algo que te incomodó? - Dijo Emilio apenado
- No Emilio, no me malentiendas- le interrumpí- No has hecho nada malo, al contrario, ya hiciste mucho por mi esta mañana, lo que ocurre es que ya no sé si sea buena idea que vaya contigo a tu fiesta de cumpleaños, parece ser que será algo muy familiar y no quisiera ser un... o, bueno...
-Nada de eso Joaco, tú lo has dicho, es la fiesta de MI CUMPLEAÑOS y tú eres MI INVITADO. No debes temer en desencajar, además eres la única persona que conozco por acá. SI tu no vas conmigo quizá deba invitar a la vieja señora Norma de Recursos Humanos- reí ante la cara de terror de Emilio de recordar a la Sra. Norma- ¡NO ME HAGAS ESTO POR FAVOR! - suplicó dramático
-De acuerdo- dije aun riendo- Tu ganas Emiliano, ya pues, vamos, quiero ver ropa...
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- ¿Cuál te parece más lindo? - Le pregunté mostrando dos crop tops- ¿Leopardo o plata? - Emilio sólo me miró examinando las prendas que tenía en las manos.
¿Y si te pruebas el rojo? - contestó
-Tienes razón, el plata es más lindo- le entregué el crop sobrante y entre al probador.
- ¿Me mostrarás como te queda? - preguntó curioso apoyado en la puerta
-No- respondí- Si me gusta, no lo verás hasta la fiesta
- ¡Profe Emilio! - escuché decir a una voz chillona
-Señorita Guerra- exclamó Emilio sorprendido, claro, quien más podría tener esa vocecita irritante, solo Renata Guerra. Supuse que no fue agradable para Emilio tener un lindo crop top de leopardo con encaje abajo en sus manos al encontrarse con ella.
- Que linda playera lleva en manos- dijo algo burlona, no, quizá ese sea su tono natural de voz- Pero creo que le falta un poco de tela abajo, pensé que usaba ropa más varonil profe - intento hacerse la graciosa
-La ropa sólo es ropa Señorita Guerra- se aclaró la garganta- No tiene género
A pesar de lo mucho que detestaba a Renata, no es que ella hubiese hecho algo malo a mí en particular, simplemente lo hacía con todo el mundo que no la adoraba; siempre he creído que existen dos situaciones con las personas, hay una clase de personas que detestas sin algún motivo de fuerza, así como hay personas que te agradan de sobremanera aun cuando recién las conoces, Andrea era de las primeras y Emilio de la segunda. Imaginar la cara de Emilio me provocaba reír dentro del probador por la situación tan incómoda que estaba pasando.
