Hola espero que lo disfruten :)Gracias por todo
- Entonces, mañana - me dice Mauricio.
- Sí, ahora lárgate de mi casa - respondo hostil - ya he tenido suficiente de ti por hoy.
- Es mejor que no te canses demasiado - me susurra inclinándose a mi oído, ladeo la cabeza hacia el lado opuesto, él sonríe cínicamente y desaparece hacia la salida de mi casa.
Cuando lo veo salir exhalo, me siento aliviado al escuchar el portazo, pero eso no hace desaparecer el nudo en la garganta que se me ha formado.
Unas manos me rodean por la cintura pegándome a su cuerpo y colocando su mentón en mi hombro.
- Menos mal que se ha ido, estaba perdiendo la paciencia allá en la cocina, un minuto más y lo sacaba a patadas - me dice Emilio y contengo las ganas de soltarme a llorar en sus brazos y sacar todo lo que da vueltas en mi cabeza.
Debes ser fuerte, por él...
- Si... - musito - no será problema hasta mañana.
- ¿Qué te ha dicho? - dice con cierta preocupación.
- Me ha puesto sus condiciones - le digo intentando sonar lo más normal posible - unos cuantos billetes, eso costará su silencio.
- ¿Solo eso? - dice Emilio con cierto tono de duda en su voz.
- Bueno, y lo de sus calificaciones, supongo que ya con eso fastidia lo suficiente - digo y me alegro de escuchar lo normal que sueno.
- Sí, no me alegra nada tener que aprobarlo así cómo si nada - Emilio me gira sin soltarme entre sus brazos - pero si con eso nos deja en paz... - me estampa un suave besito en la mejilla y se acerca a mi oído - ...yo haría cualquier cosa para protegerte, recuerdas, lo he prometido.
- Yo no te lo he prometido - le digo con un nudo en la garganta - pero si en algún momento tuviese que ser así, yo también haría cualquier cosa por protegerte...
Emilio me mira con ternura y pasa su dedo pulgar por mi mejilla, es cuando me doy cuenta de que un par de gotas gordas se han escapado de mi ojo.
- Te amo, Emilio...
- Yo también te amo mi amor... - me responde dulcemente - eres lo más bueno y valioso que tengo... mientras tu estés bien yo también lo estaré, así puedes protegerme
Lo aprenso por la cintura con mis brazos lo más fuerte que puedo y recargo mi cabeza en su pecho. La calidez de su cuerpo y su embriagante aroma son adictivos para mí al igual que balsámicos.
Sus manos acarician mi cabello suavemente como dándome consuelo
- ¿Siempre habrá alguien que nos desapruebe? - pienso en voz alta con la cabeza aun acurrucada en él.
Emilio me separa de su pecho tomándome por los hombros y con dos dedos en mi mentón me hace mirarle a los ojos.
- Las personas miserables suelen odiar todo aquello que resplandece, así que no lo dejaran fácil - Emilio me sonríe como si él ya se hubiera resignado a esa idea - pero mi elección, Joaquín, siempre serás tú.
Intento capturar en mi mente la manera en que Emilio me mira, las palabras que dicen, todo. ¿Cómo seré lo suficientemente fuerte para alejarme de él si es todo lo que quiero? No imagino lo doloroso que sería no tenerle. Pero si lo mucho que sería si algo malo le ocurriera por mi culpa.
- Todo estará bien moco - dice intentando darme seguridad - aprobaré al bastardo ese y no te preocupes por el dinero, ese también correrá por mi cuenta, pero ya no llores...
