Emilio.
- Me duele, mucho - sabía que Joaquín no se refería al dolor de sus piernas, había descubierto que odiaba verlo triste, odiaba verlo sufrir y odiaba ser yo el causante de ello. Pero esto es probablemente lo mejor para ambos, especialmente para él, y eso es lo que quiero, aunque, es extraño, pero, también a mí me duele. Más Roy tiene razón, es mejor detener esto antes de que sea demasiado tarde y Joaquín salga lastimado por situaciones que me sobrepasan.
*Ese mismo día, horas atrás*
- Sabemos que acabas de llegar - Diego y Roy están de pie a la puerta de mi departamento, no me han dado tiempo ni de llegar, es como si me estuvieran esperando.
- ¿Qué quieren? - pregunto con cara de pocos amigos, aún siento algo de mareos y dolor de cabeza, no estoy como para interrogatorios.
- Necesitamos hablar - dice Roy y ambos irrumpen dentro de mi departamento, toman asiento en el sofá y yo me poso frente a ellos, con los brazos cruzados, lo admito, algo a la defensiva.
- Estábamos preocupados por ti - comienza a decir Diego - saliste muy alterado y luego no supimos más de ti, venimos temprano acá, pero no estabas, entonces creímos que... - Diego pierde la ilación de sus palabras y me observa detenidamente con el ceño fruncido - Emilio... ¿estuviste bebiendo?
- Oh, Emilio - se queja Roy - eso no está bien, no estás acostumbrado, eso lo hace diferente para ti... fue una decisión poco sensata.
- ¿Qué son ustedes? ¿Mi mamá? - me burlo de sus caras de preocupación.
- Emilio, esto es serio - me reta mi amigo - estábamos muy preocupados por ti, no pasaste la noche aquí, pensamos que te había ocurrido algo.
- Estoy bien - abro los brazos mostrándome ante ellos - lo ves.
- ¿Dónde pasaste la noche? - pregunta Diego como intentando relajar las cosas entre Roy y yo.
- Con un amigo- respondo.
- ¿El que te acompañó ayer? ¿cómo se llamaba? - dice Roy memorizando.
- Joaquín - responde Diego. - ¿Con Joaquín?
- Si, con él.
- Emilio, ¿Tienes algo con él? No sabía que te interesaban los hombres....¿Eres....?- la oración de Roy queda en el aire pero se justamente que está pensando.
-¿Y si así fuera qué? ¿Cambiaría nuestra amistad si lo fuera?- dije con un poco de furia, me dolía que mis amigos insinuaran que el que me gustará Joaquín estuviera mal, como si amar a un hombre fuera algo prohibido
- ¿Qué? - Reclamó - no, claro que no, solamente quiero saber porque somos tus amigos... Siempre te vamos a apoya- dijo más calmado
-Bueno, bueno, no es como si no lo hubiéramos sabido antes... ¿no?- pronunció por fin Diego- además Joaquín es muy guapo, hasta el más hetero caería a sus pies.
- Está bien. Pero ahora lo importante, Emilio... anoche... ¿tú y el...? ¿Pasó algo más? - me miran acusatoriamente ambos.
- No, yo no... ¿cómo puedes creer que yo sería capaz de? ¡NO! -
- Estabas ebrio Emilio, así que cabe la probabilidad de que, no sé, quizá no conscientemente tú y el hayan...
- No, Roy, no creo que Joaquín lo hubiese permitido - interviene Diego y yo le agradezco con la mirada, aunque me deja intrigado por lo interesado que se muestra hacia Joaquín.
- Yo tampoco, no pasó nada, el solo me cuidó, se preocupó por mí y me brindó su amistad... fue justo lo que necesitaba. Pero nada de lo que tú estás pensando Roy, se identificar esa mirada acusadora, la he visto a lo largo de veintid... veintitrés, veintitrés años - le enarco una ceja.