Por suerte, Gale no planeaba volver al bosque hasta el próximo Domingo, cosa que ya tampoco podría hacer. Íbamos a tener que mantenernos alejados de la alambrada por un tiempo. La cuestión era que ese era nuestro único recurso para sobrevivir, incluso varias de las plantas con las que mi madre preparaba medicinas que significaban un ingreso, salían de allí.
De pronto estaba de vuelta debajo de la lluvia, sin tener recursos para mantener a mi familia. ¿Y qué haría Gale? Tendríamos que averiguarlo. Habría que buscar algo más, a lo mejor él podía conseguir antes un puesto en las minas y yo... podría... algo se me ocurriría. Primrose todavía podía vender quesos de su cabra y yo podría conseguir unas monedas lavando ropa o algo así. Necesitaría darme una vuelta por la plaza y por el Quemador.
Si estaban aumentando la vigilancia, irme a meter a un mercadillo ilegal no podría ser tan buena idea. No obstante, ¿tenía otra opción?
Sí. Contrario a lo que le dije a Gale, la única forma era volviendo ese mismo día al bosque. Haymitch había recibido la carta apenas hace unas horas, los agentes de la paz tendrían que esperar a que el alcalde volviese para poder hacer lo que sea que necesitaran. Íbamos a tener que acudir al bosque los próximos días para juntar todas las provisiones.
Arrastré a Gale conmigo a cazar todo lo que pudimos los siguientes días. Estábamos llenos de suministros de plantas medicinales y cavamos hoyos en la tierra para meter las presas sobrantes y que no se fuesen a echar a perder. También acudimos al único vencedor del Distrito para mantenernos informados y no cometer alguna tontería. Para nuestra fortuna, no hubo más noticias sorpresa, aunque esas siempre podían aparecer de la nada.
Madge llegó en el tren del Lunes. No fui a recibirla porque no quería que me tuvieran en la mira, era fundamental que mantuviésemos un perfil bajo, así que al día siguiente mandé a Prim a echar un vistazo a la alambrada y a enviarle un mensaje a Madge para que pudiéramos vernos y saber de una buena vez por todas qué era lo que realmente estaba sucediendo.
Mi hermanita regresó con un afirmativo sobre una alambrada electrificada y con Madge pisándole los talones enfundada en una capa vieja que la ocultaba bastante, la mimetizaba bien con el ambiente, lo que me hizo confirmar que las cosas estaban a punto de ebullición. No tendría por qué ocultarse para venir a ver a una amiga. Por ahora era incierto si lo hacía para protegerme o a mí, a sí misma o a ambas, pero era un hecho que algo pasaba. Tan pronto como entró a casa nos dimos un abrazo. Ella estaba agitada. Mi madre le ofreció un té y luego se llevó a Prim de allí para dejarnos conversar.
Antes de que pudiera hablar, tocaron a la puerta. Por un segundo temí que fuesen agentes de la paz que habían seguido a Madge hasta mi casa. Me puse de pie dejando salir un suspiro de esperanza cuando recordé que también le había pedido a Peeta y a Gale que vinieran. La idea original era hacer la reunión en casa de Haymitch, más era probable que estuviera siendo vigilada, así que nos decantamos por mi casa. Efectivamente, eran ellos quienes esperaban tras la puerta.
Observé el encuentro de Madge y Gale con atención. Ella se sorprendió de verlo allí, aunque no hubo algo más que su sonrojo habitual. Espera. Algo en sus ojos... un brillo.
—¿Gale? —le llamé, de repente sintiéndome un poco engañada. ¿Por qué? Yo misma le había dicho que no podía haber nada entre nosotros ¿qué me pasaba? Estas tonterías amorosas ya me tenían harta.
—¿Qué? —Me miró sorprendido, como si hubiese sido pillado en alguna travesura. Dejé pasar el mismo brillo que noté en los ojos de Madge, corruscante en los suyos... o por lo menos lo intenté.
Alguien tomó mi mano en señal de apoyo, como entendiendo que estaba procesando esta situación con cierta dificultad. Era Peeta. Casi había olvidado que también estaba aquí. Apreté de vuelta en agradecimiento. Madge y Gale nos observaron, ella parecía no poder tragárselo y Gale me daba una mirada de reproche, probablemente parecida a la que yo intentaba ocultar mientras él le hacía ojitos a Madge.
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ERES TÚ | THG EVERLARK
FanfictionEn un mundo sin juegos de victorias a muerte, Katniss Everdeen y Peeta Mellark comienzan la odisea de intentar conocerse el uno al otro a pesar de que eso podría traerles muchos problemas con sus conocidos y familiares. Después de descubrir que son...