Extra: "Empezar de nuevo"

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"Empezar de nuevo"




Jordan

—¿Estás lista? —le pregunto cuando la ayudo a bajar del auto.

—La verdad es que no —ríe, llevando sus manos a su vientre de ocho meses—. ¿Qué has estado tramando?

—Nada, todo ha sido idea de Jonathan, ¿Recuerdas? —asiente, y se ve realmente graciosa con los ojos vendados—. Él quería que iniciáramos de nuevo, en dónde nadie pudiera fastidiarnos nunca más.

—Lo sé —medio sonríe, sostengo sus mejillas y dejo un pequeño beso en sus labios rosados—. Te amo, y lo haré siempre.

Sus palabras seguían teniendo el mismo significado de siempre, o creo que hasta su valor se había triplicado, mi amor hacia la castaña, ahora pelirroja, no tenía límites.

—Y yo a ti.

Me alejo de ella para poder detallar la fachada de la casa, así como Bailee no sabía nada sobre la nueva casa, yo tampoco. Jonathan se había encargado de todo antes de su muerte, y creo que hizo muy bien su trabajo.

La casa era impresionante, de color blanco y gris, con ventanas por todas partes.

Sin duda Bailee la amaría, ya lo sabía.

—¿Preparada? —cuestiono rodeándola desde atrás.

—Ay, Jordan, basta —se queja—. Has estado diciendo lo mismo desde hace tres meses.

Ella tenía su punto, luego del incidente con Fred, o, mejor dicho, desde su muerte... todo se tornó más ligero. Los Forets habían sido desintegrados en su totalidad, por lo tanto, estaba en paz. Mientras que, para el resto de mis enemigos, yo era un hombre muerto, al igual que toda mi familia. Ahora estaba aquí en Nueva York, con la madre de mi hijo entre mis brazos y con la oportunidad de empezar de nuevo en la palma de mi mano, y sin duda, no la iba a desaprovechar.

Habíamos esperado tres meses más para viajar, no quería correr el riesgo de subirme a un avión con Bailee y esperar a que algo saliera mal. No, ni en un millón de años.

—No te haré sufrir más —le susurro en el oído y beso su mejilla.

—Menos mal —suelta un bufido, pero antes de que siga reprochando, le quito el pañuelo de los ojos—. Eres un idiota por hacerme esperar tan... ¡Jesús bendito!

—¿Te gusta? —aprieto mis brazos a su alrededor.

—Me encanta, es muy hermosa —suspira, deja caer su cabeza en mi hombro. Pongo mis manos en su abultado vientre—. No me la imaginé así, jamás, créeme.

—Yo tampoco —aspiré su aroma—. No la había visto, pero me imaginé otra cosa.

—Estoy muy feliz, Jordan —murmuró, removiéndose entre mis brazos para poder verme—. Aún y cuando hemos perdido a muchas personas importantes, luego de pasar cientos de cosas... Estoy muy feliz de poder estar junto a ti, y no me arrepiento de nada.

Observo los ojos cristalizados de mi ángel, esos ojos grandes y azules con pequeñas motas verdes, esas que yo solo conozco, beso su frente.

—Créeme, yo no me arrepiento de escoger ese callejón como escondite —ella ríe, reiniciándome la vida—. Te amo, Bailee, con todo mi corazón —beso sus labios antes de ponerme de cuclillas sobre el suelo, apreciando el redondo vientre de Bailee frente a mi rostro—. Al igual que amo a este pequeñito —le doy un beso—. Y cuando nazca lo amaré más.

—Él te amará también, estoy segura.

Me puse de pie, no sin antes dejar otro beso en su barriga, para dejar otro prolongado beso en sus labios y abrazarla con fuerza.

Una bestia bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora