12
Junio, 1979.
Con un nudo en el estómago, Liú Tian recordó a su papá. La mancha roja en el suelo se extendía con cada minuto que pasaba. Su madre y abuela corrían por la casa consiguiendo todo, los amigos de su padre se lamentaban e intentaban explicar lo ocurrido entre los gritos. Alguien le había abierto la cabeza a su papá en una revuelta en la fábrica de conservas. Habían estado exigiendo mejores condiciones laborales, sobre todo implementos de seguridad ya que un compañero había perdido una mano al ser aplastada por la máquina de sellado.
De algún modo, aquel conflicto laboral se había vuelto uno político, donde todos se acusaban. Los tiempos eran tensos en el 66, aún no se conformaba la junta militar pero era marzo y el presidente todavía no había delegado el poder, a pesar de que actual presidente electo exigía comenzar con sus labores ya pospuestas de manera autoritaria.
Y en ese caos alguien había acusado a su papá.
La mancha de sangre, tras trece años de aquel momento, aún se mantenía en el centro de su sala de estar. La sangre había sido absorbida por el cemento quedando ahí para siempre. Su abuela ahora la escondía bajo una fea alfombra que había confeccionado con restos de telas. Pero cuando Liú Tian tropezaba con aquel pedazo de paño, lo levantaba y volvía a quedar visible ese rojo que se había oscurecido tanto que casi parecía negro.
Ahora la mancha de sangre le pertenecía a Xiao Zhen, pero se sentía de la misma forma. Volvía a ser ese niño que todavía no cumplía los diez años, que casi se había orinado en sus pantalones del susto. Pero su abuelo no estaba ahí para acariciarle la cabeza y decirle que todo iba a estar bien, solo estaba Luan que lo observaba con la respiración agitada mientras jalaba el cabello de Irina con tanta fuerza, que la mujer tenía curvada la cabeza hacia atrás para soportar el jalón.
Los habían traicionado.
Irina lo había traicionado.
Logró soltar un grito que salió entrecortado y jadeante antes de que Luan le advirtiera sobre el peligro.
—¡Tu derecha, Tian!
De puro instinto, agarró una botella de cerveza de la bolsa y la lanzó a lo loco. El ruido del vidrio rompiéndose resonó en el salón al estrellarse contra la cadera de quien debía ser Amelia. Antes de que le hicieran un contrataque, sacó otra botella y la alzó en amenaza. Apuntó con ella a Dana y André que se ubicaban a unos metros.
—¿Qué le hicieron a Carlos? —exigió saber.
—Charles —le corrigió André—. Es Charles Gautier, no Carlos Darín como nos dijiste.
Liú Tian fue a moverse hacia Xiao Zhen, pero de inmediato André se posicionó en su camino. El pánico le cerró la garganta. Su mirada desesperada fue de Luan, a su novio y otra vez a su amigo. Dejó caer los pasteles de arroz al suelo y posicionó la bolsa con las restantes cervezas en el suelo, antes sacó otra botella.
—¿Qué está sucediendo? —insistió.
De reojo notó Luan que ajustaba el agarre en el cabello de Irina hasta que esta se quejó de dolor. El corazón le iba tan rápido que sentía los latidos enloquecidos retumbando en sus oídos.
—Esto no es contra ti —dijo André, sus ojos astutos clavados en Liú Tian.
—¿No? Porque no parece eso —Apuntó con una botella a Xiao Zhen y con la otra a Luan—. ¿Qué le están haciendo a mis amigos?
—Son unos traidores —jadeó Irina con los dientes apretados.
—Eso eres tú, traidora asquerosa —dijo Luan tirándole con más fuerza el cabello.
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Decalcomanía (Novela 2)
RomanceSi de pronto tuvieses que decidir entre tu familia y de quien estás enamorado, ¿qué elegirías? ¿Tu calcomanía social o tu décalcomanie? Descúbrelo en Décalcomanie ¿Eres más fuerte que tu miedo más profundo? *La imagen de portada no me pertenece* *To...