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Camila 25  Lauren 30

Narrador Omnisciente POV.

Ese día Camila sentía que escupiría un pulmón. Se había levantado temprano para hacer ejercicios, había conocido a un grupo por internet cerca de su casa. Éstos al parecer se reunían los fines de semana para entrenar al aire libre, y a ella le había parecido buena idea unirse.

Llevaba tres meses junto a su mejor amiga en ese sitio. Perdiendo más que su vida con cada nuevo entrenamiento, se odiaba así misma por habérsele ocurrido mejorar "su cuerpo" ser sometida las 24/7 todos los sábados y domingos por una sádica no eran exactamente sus vacaciones deseadas. Pero ella simplemente no podía dejarlo aunque eso deseara todos los días, hasta aparecía en sus sueños dejando finalmente a aquél grupo.

Pero la puta loca que tenía como entrenadora la frenaba. Si, Camila estaba loca por esa mujer, desde el primer día que la había visto sintió sus bragas derretirse cuando la miró a los ojos. Esa mujer podía decirle fácilmente que se lanzara por un acantilado y Camila lo haría encantada, odiaba su manera de exigirle a su pobre cuerpo, pero adoraba ver su culo al aire cada que explicaba algún ejercicio nuevo.

La morena no perdía oportunidad de mirarla. Aquella ojiverde del demonio siempre se iba a entrenar con una ropa deportiva casi traslúcida, se le veía absolutamente todo, tanto así que Camila sentía que todos los pervertidos que estaban allí... simplemente querían mirarla mientras pagaban un duro sufrimiento, era casi un castigo de Dios aquello.

Pero todos lo aceptaban.

Todo sea por seguir saciando sus miradas ante aquél mujeron.

___ ¿Camila? ¿Estás bien? ___ aquella voz la sacó de sus muy concurridos sueños eróticos con la mujer que ahora estaba frente a ella.

___ Oh sí, solo estoy muriendo, pero nada muy grave... tú solo ignorame.

Lauren río a carcajadas por ello, sentándose a su lado.

___ ¿Siempre eres así de exagerada?

Camila abrió sus ojos como platos, ofendida por sus palabras.

___ ¿Exagerada dices? ¿Sabes cuántos pulmones perdí, con tan solo ésta clase? Es que mejor no digas nada, jamás te creerías la cantidad.

___ Por Dios, no fui tan dura con ustedes.

___ No, es que dura no eres... más bien pareces la reencarnación de Hitler en modo de entrenadora, sacándole no solo la mierda a los demás, sino que también sus sueños y ganas de seguir viviendo.

La ojiverde río con muchas más ganas.

___ Tu ríete, claro, en lo que me veas en coma espero que te culpes hasta que te mueras tú también.

___ Deja tus exageraciones, ¿quieres? ¿por qué no mejor te levantas del césped y vamos a mi departamento? Te invitaré unos tragos de buena sepa ___ comentó acostándose a su lado. Camila la miró fijamente sin poder crearse aquello, ¿espera que dijo?

___ A tu departamento... ¿dices? ___ preguntó limpiando bien sus oídos.

___ ¡Si, tonta! Quiero invitarte unos tragos y quizá... conocernos mejor, ¿qué dices? De todo el grupo eres con quién mejor me la llevo y sinceramente, eres a la única que le tengo confianza. Los demás son un poco...

___ ¿Pervertidos sin remedio? Bueno, Lauren, tampoco puedes culparlos digo... ¿te has visto en un espejo? Estás buenísima ___ mencionó sin darse cuenta, o sin siquiera pensar en sus palabras.

La morena cerró sus ojos segundos después, la había cagado.

___ ¡Dios no! ¿También tú? Qué vergüenza ___ la ojiverde solo se había sonrojado totalmente avergonzada. Camila sonrió como imbécil al verla, Lauren era conocida por ser una mujer demasiado recta y estricta.

One Shots - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora