Todas las demás naciones tenían uno —¿por qué no Israel?
Si anto vosotros como el rey que reina sobre vosotros servís a Jehová, haréis bien. Mas si no oyeréis la voz de Jehová...la mano de Jehová estará contra vosotros, (1 Samuel 12:14-15)
Las doce tribus de Israel eran una nación sólo en nombre. No tenían ningún tipo de gobierno central. Desde la conquista de la tierra prometida, habían actuado conjuntamente sólo en emergencias, cuanto ciertos "jueces" inspirados -héroes militares tales como Gedeón, Débora y Sansón- daban un paso adelante para guiarlos a la batalla.
Sin embargo, en el tiempo de Samuel la amenaza militar de los filisteos era permanente. Israel necesitaba un liderazgo superior, pero Samuel ya era anciano. Sus hijos no eran candidatos atrayentes para sucederlo. ¿Qué podía hacerse? Al mirar a su alrededor, las tribus se dieron cuenta de que prácticamente todas las demás naciones tenian un rey. Tener un rey tenia dos ventajas: en primer lugar, proveía un gobierno central; en segundo lugar, el hecho de que los hijos eran naturalmente herederos del rey significaba que la nación no tenia que enfrentar una crisis de liderazgo cada vez que su dirigente llegara a viejo. Por consiguiente, los cabecillas de Israel le pidieron a Samuel que designara un rey (8:4-5).
En contra de la voluntad de Dios
Esta idea parece haber contado con el apoyo de todos, menos de Samuel y de Dios. A Samuel le puede haber disgustado que él y sus hijos fuesen rechazados. Dios tenia una objeción más de fondo: Israel estaba rechazando su dirección. Dios le dijo a Samuel que advirtiera a los ancianos de Israel que un rey oprimiría sus propios ciudadanos. Samuel advirtió acerca de la conscripción militar, de los altos impuestos y del poder del rey para convertir a la gente en esclavos (8:10-18).
¿Estaba Dios en contra de un rey? Algunos eruditos ven a la monarquía como un maravilloso ejemplo de como Dios puede usar aun una elección hecha en contra de su voluntad. Dios aconsejó a Israel en contra de la misma institución que finalmente produciria al rey David y, mediante él, a Jesús, el Rey de reyes. Otros sugieren que Dios sólo se oponía al motivo que estaba detrás del pedido. (Deuteronomio 17:14-20 ya daba por sentado que los israelitas eventualmente querrían un rey, y lo tendrían.) La clave está en la frase que usaron los ancianos: "Seremos también como todas las naciones (8:20). Dios no queria que fueran como todas las otras naciones.El rey era un siervo
Al fin Dios accedió su pedido, aun a pesar de los malos motivos. El no solo permitió a los israelitas tener un rey, sino que hasta eligió al hombre. Aceptó la monarquia bajo condición de que Israel igualmente considerase al Señor como gobernante inapelable (12:14).
Por lo que sabemos, el rey de Israel no era responsable ante ningún parlamento o poder judicial, pero si era responsable ante Dios. Bien pronto, el primer rey, Saul, fue rechazado por desobedecer a Dios. Y más tarde Dios reprocho y castigó a su reemplazante, David. Los reyes de la mayoría de las naciones tenian un poder absoluto. En Israel solamente Dios era absoluto, y el rey era su siervo.Preguntas vitales: ¿Ha visto alguna vez cómo Dios aceptaba un pedido malo, hecho con malos motivos y lo utilizaba para llevar a cabo sus propios propósitos?
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Profundizaciones de la Biblia (Antiguo Testamento)
Non-FictionCuando compran algún electrodoméstico o algún dispositivo, es común que traiga un manual de uso. Y que este mismo haya sido escrito por el inventor de tal dispositivo; con el propósito de que se le de un adecuado uso, y para que lo disfrutes al máxi...