Las fiestas del Antiguo Testamento tenían un objetivoOs regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por siete días. (Levítico 23:40)
A la gente de todas las naciones les gustan los feriados, las celebraciones y las fiestas. Los israelitas no eran una excepción. Levítico describe cinco fiestas solemnes, cada una de las cuales se centraba en Dios. Cada una se distinguía por los sacrificios especiales que se ofrecían al Señor y por una "santa convocación" (23:4) al Tabernáculo donde Dios había "armado su tienda". En vez de darse regalos unos a otros, los israelitas le traían dones a Dios.
A veces se regocijaban: durante la Fiesta de los Tabernáculos (a veces llamada Fiesta de las Enramadas) todo el mundo acampaba "regocijándose delante de Jehová" durante toda una semana (23:40). En otras ocasiones, como ser el Día de la Expiación, el espíritu era serio y solemne (capítulos 16 y 23:26-32). Pero su orientación era siempre hacia Dios.Dios por sobre el dinero
Nadie trabajaba durante las festividades israelitas, pero sus "feriados" tenían un motivo diferente al nuestro. Un campesino israelita nunca gozaba de vacaciones pagadas. Es más: una celebración podía llegar a costarle dinero —podía caer en un día perfecto para cosechar. Pero Dios tenia prioridad sobre el trabajo. El día de reposo semanal reforzaba esa misma noción. Uno tenía que dejar de trabajar para poder adorar.
Dios importaba más que la riqueza. Este artículo fundamental de la fe de Israel se manifestaban aun más en el año sabático y en el Año del Jubileo (capítulo 25). Cada séptimo año, la gente dejaba de cultivar. Vivían de lo que la tierra producía por sí misma y se dedicaba a Dios. Esto sería equivalente a que nosotros cerráramos todos nuestros campos, comercios y fábricas durante un año.
Después de 49 años —siete años sabáticos— llegaba el Año del Jubileo. En esta ocasión, la gente pasaba dos años enteros sin plantar. Además, toda la tierra comprada o vendida durante los 49 años anteriores debía volver a la posesión de la familia original. Dado que la tierra había sido distribuida en forma equitativa originalmente, esto significaba que ninguna familia quedaría nunca totalmente desposeída, ni se haría abrumadoramente rica. Todos los israelitas que se hubiesen vendido como esclavos serían también liberados ese año.La prosperidad viene de Dios
Ni el trabajo duro, ni la abundancia resultante fueron nunca despreciados en Israel. Pero se reconocía que en realidad la prosperidad provenía siempre de Dios, no del trabajo duro ni de las transacciones hábiles. Las fiestas solemnes y los días de reposo puestos aparte como días especiales, servían para que la gente recordara y alabara al Dios que les había dado tanto.
Por lo que sabemos, el Año del Jubileo nunca fue puesto en práctica. Y algunas de las fiestas fueron olvidadas durante largos períodos de tiempo. Pero tales fallas no deben sorprendernos. Después de todo, ¡piense usted en lo que hemos hecho con el santo día de Navidad! Los días festivos descritos en Levítico nos dan una buena idea de lo que Dios quería que Israel fuese. Lamentablemente, muchas veces la realidad estuvo bastante lejos del ideal.Preguntas vitales: Si alguien analizase la forma en que usted pasa sus feriados y fines de semana, ¿a qué conclusión llegaría acerca de sus prioridades?
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Profundizaciones de la Biblia (Antiguo Testamento)
Non-FictionCuando compran algún electrodoméstico o algún dispositivo, es común que traiga un manual de uso. Y que este mismo haya sido escrito por el inventor de tal dispositivo; con el propósito de que se le de un adecuado uso, y para que lo disfrutes al máxi...