Lecciones del campo de batalla

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¿Por qué ganaba Judá algunas batallas y perdía otras?


Esforzaos y animaos, no temáis, ni tengan miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene, porque más hay con nosotros que con él. 2 Cron 32:7 

Ningún rey de Judá tuvo un reinado totalmente pacífico. Como resultado, gran parte de la acción en 2 Crónicas toma lugar en los campos de batalla. Y, en resumen, tenemos la filosofía de guerra de este libro en estas palabras: "Humillaos y confiad totalmente en Dios —sin darle importancia a todo lo que milite en vuestra contra. Si confiáis en vuestro propio poder militar o en los vecinos poderosos, perderéis."

Escuchando a los profetas

El capítulo 12, por ejemplo, relata una grave crisis que le tocó enfrentar al primer rey de Judá. A los cinco años del reinado de Roboam, un conglomerado enorme militar egipcio llegó con carros de guerra y arietes. Rodeado, Roboam buscó una palabra de esperanza en los labios de un profeta. Pero sucedió lo contrario, recibió reproche y un rechazo, "Así ha dicho Jehová: Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac" (12.5). 

Dios estaba usando los ejércitos de Egipto para castigar a Judá por sus errores. Esta primera invasión marcó un patrón: cuando un rey inmoral corrompía la nación, Dios enviaba a un ejército invasor como castigo.

Muchas veces los reyes de Judá desolan el consejo duro de sus profetas. Pero en este primer caso, el Rey Roboam se arrepintió y se humilló, salvando a su país de una devastación mayor.

Una manera equivocada y una correcta 

Pocos reyes tenían la fe suficiente como para creer solo en Dios en los momentos de gran peligro. Aun los mejores de ellos echaban mano al tesoro real y compraban ayuda de las naciones circundantes. Cuando lo hacían, Judá por lo general terminaba más débil que antes. Pero 2 Crónicas se concentra en los buenos momentos, cuando los reyes se volvían a Dios. 

El Rey Josafat fue un ejemplo de la respuesta correcta. Llamó a toda la nación a una reunión gigantesca de oración (20:3-28) Cuando llegó el momento de la batalla, envió un coro delante de su ejército para que cantase alabanzas a Dios. Los enemigos de Judá se volvieron unos contra otros y los ejércitos de Josafat regresaron a sus hogares victoriosos. 

La fe de Ezequías

Tal vez el ejemplo más claro de un rey que sigue el consejo de su profeta se dio durante el reinado de Ezequías. La Biblia registra este hecho en tres lugares diferentes: 2 Crónicas 32, 2 Reyes 18-19 e Isaías 26-27. En ese momento, la situación de Judá era desesperante. La poderosa Asiria había tomado 27 ciudades y aldeas de Judá y ahora había sitiado a Jerusalén. 

Ezequías demostró su verdadero valor moral al unirse al profeta Isaías para humillarse en oración. Dios concedió un milagro que alejó al ejército asirio. 

2 Crónicas enfatiza episodios como este como una lección para sus primeros lectores, que habían heredado un país en ruinas. Al mirar hacia atrás en su historia, ellos podían ver en qué había fallado la nación, se había olvidado de confiar en Dios. Para reconstruir su nación tendrían que volver a aprender la simple fe que les había dado la victoria en el pasado.

Preguntas vitales: ¿Qué significa hoy en día confiar completamente en Dios?

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