¿Por qué tanto alboroto acerca de los ídolos?

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La extraña práctica que llevó a la caída de un reino


Siguieron la vanidad [de los ídolos], y se hicieron vanos, 2 Reyes 17:15 

Uno no puede adentrarse mucho en el Antiguo Testamento sin encontrarse con ídolos, puesto que la idolatría es quizá el tema más común de la Biblia. Hay una pregunta irritante que surge de estas páginas: ¿Por qué desertaban los israelitas una y otra vez al Dios que los había sacado de Egipto, para seguir troncos tallados y estatuas de bronce? ¿Cuál era su gran atracción? 

 Reacciones ante los ídolos del presente 

 La verdad es que los ídolos también prosperan hoy en día. En diversos países de la América Latina, cultos extraños van haciendo su aparición y ciertos comercios exhiben velas, sahumerios y extrañas -a veces grotescas- imágenes de personajes desconocidos que son reverenciados mayormente a escondidas. Se supone que si uno sabe como tratar a estos dioses (los hay de primera, segunda y tercera magnitud) uno puede lograr resultados favorables en la vida personal, o evitar tragedias, o vengarse de enemigos personales. 

Rebrotan además ceremonias y dioses antiguos que eran adorados por los indígenas hace siglos. Cultos reprimidos que han sobrevivido bajo la adoración a imágenes cristianas, están volviendo a sus rostros ancestrales. 

Y, por supuesto, otra gente, no demasiado devota, tiene un enfoque diferente. Tratan a las imágenes de ídolos o de santos casi como talismanes de buena suerte. Muchos taxistas, conductores de buses o de camiones colocan alguna imagen en las cabinas de sus vehículos como talismanes de buena suerte. Si uno les pregunta acerca de ellas, sacuden la cabeza y sonríen. No adoran a la imagen, pero siendo el tráfico de esta ciudad como es, bueno, toda ayuda es bienvenida. 

 ¿Un talismán para la buena suerte -o un culto maléfico? 

La idolatría tenía un efecto similar entre los antiguos israelitas. Algunos israelitas encaraban el asunto con la misma actitud que manifiestan algunos conductores: tal vez la imagen ayudara, tal vez no, pero, ¿por qué no seguirle la corriente? Iban descuidadamente de ídolo en ídolo, adoptando la religión que pareciera tener el mayor éxito con sus cultivos o con sus ejércitos.

Ninguna actitud podía estar más alejada de lo que el verdadero Dios demandaba. Él había escogido a los israelitas para ser un reino de sacerdotes, un "pueblo especial" apartado para sí. Como Señor del universo, él no quería una fe casual, sino una lealtad total. Él no era un talismán para la buena suerte. 

Demasiadas veces, sin embargo, los ídolos tomaban en Israel una forma más desagradable, cosa que tampoco es desconocida entre los adeptos a la hechicería y los cultos satánicos. Había leyendas acerca de Baal que celebraban sus borracheras y su vida orgiástica. Los seguidores lo adoraban teniendo trato sexual en el templo con prostitutas rituales. Y en otras ocasiones más trágicas, se llegaba a sacrificar infantes humanos. 

 Adorar a Baal significaba rechazar de plano la relación especial que Dios tenía con los israelitas. Era un crimen muy parecido al adulterio, tal como lo señalaron los profetas con frecuencia. El culto a Baal no podía coexistir con el culto a Dios. 

 ¿A qué se debía la atracción? 

 ¿Por qué resultaban Baal y los otros ídolos tan atrayentes para los israelitas? Como campesinos que se admiran ante la vida de la gran ciudad, los israelitas habían dejado atrás 40 años de peregrinaje por el desierto para entrar en una tierra con ciudades y con una tecnología más avanzada. Habían sido nómades, sin tierra y pastores. Cuando se asentaron para ejercer su nueva ocupación de agricultores, comenzaron a considerar al dios cananeo, Baal, como una posible forma de garantizar buenas cosechas. En otras palabras, buscaron un atajo a través de la magia. 

De la misma manera, cuando algún ejército poderoso amenazaba sus fronteras, ellos llevaban de contra bando algunos de los ídolos favoritos de dicho ejército, apostando a su influencia, en caso de que su propia religión no les trajera éxito militar. Los ídolos se transformaron en fuentes alternativas de poder, en una cosa alternativa en qué investir la fe y la esperanza. 

La idolatría penetró tanto en Israel y Judá, que Dios tuvo que desbaratar ambos reinos para desarraigarla. 2 Reyes claramente condena la idolatría, denunciándola como el pecado principal que ocasionó el colapso de ambas naciones. La historia demuestra que el castigo tuvo, al fin y al cabo, un resultado positivo. Después de las invasiones de Asiria y Babilonia, los israelitas nunca más volvieron a practicar la idolatría. 

Preguntas vitales: La idolatría no necesita limitarse al culto de imágenes de madera o de piedra; es posible adorar cosas tales como el oro, otra persona, o la fama. ¿Cuáles son los "ídolos" que podrían tentarle a usted a la adoración?

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