Colgando de un hilo

2 0 0
                                    

Robos, violaciones, asesinatos, idolatría: Israel se estaba destruyendo a sí misma

En aquellos dias no habla rey en Israel; cada uno hacia lo que le parecía. (Jueces 17:6 )

Llega el momento en que uno ya no puede echarle la culpa de los propios problemas a los demás. En las palabras inmortales de un personaje de caricatura, "Hemos hallado al enemigo, y el enemigo somos nosotros".
Asi sucede al fin de Jueces. El foco de la cámara biblica se extiende para lograr una toma de cerca, centrándose en la violencia interna. Ya no hay enemigos a la vista: el enemigo es Israel mismo.
Estos últimos cinco capítulos pintan retratos muy feos. Sin punto de vista moral y llenos de violencia, comienzan con un hijo que roba a su madre y terminan con padres que están de acuerdo en que sus hijas sean raptadas. Y en el medio encontramos violaciones masivas de caracter homosexual y heterosexual, asesinatos, idolatría, robo a mano armada y matanzas. No hay ningún enemigo que haga esto: los israelitas se lo hacen unos a otros. Es evidente que la nación exaltada de Israel, el pueblo escogido de Dios, ha perdido todo sentido de dirección.

¿Quién puede rescatarlos ahora?

Los primeros 16 capitulos de Jueces cuentan las invasiones repetidas de enemigos que movieron a Israel a clamar a Dios pidiendo ayuda. Al oir el clamor de su pueblo, Dios enviaría un libertador para salvarlos.
A diferencia de esto, en los últimos cinco capítulos Dios no envía a ningún guerrero libertario. Ningún lider militar podía rescatarlos de sí mismos. Al contrario, estos capítulos repiten las palabras solemnes: "En aquellos días no había rey en Israel: cada uno hacía lo que le parecía".

"Cada uno hacía lo que le parecía" podría no sonar negativamente en nuestros días, en que se atribuye un alto valor al individualismo y a la libertad personal. Pero hay algo que Dios valora más: la unidad. Él quiere ver a su pueblo unido en su amor por él y por el prójimo. La ley de Dios había ligado a su pueblo a un culto común en el tabernáculo y a un patrón común de cuidado mutuo. En lugar de esto, los israelitas sustituyeron la religión del "Hago lo que me parece bien" y una sociedad fracturada en la que cada familia luchaba solamente por sus propios derechos. ¿Y cuál fue el resultado? Estos capítulos cuentan la historia lúgubre.

El peor enemigo de Israel

Al fin de Jueces, los israelitas han quedado reducidos a una lucha entre sí. Han adoptado las costumbres de sus enemigos: adoran idolos; en lo sexual se conducen con inmoralidad; carecen de respeto por sus padres; no pueden recordar el modelo de vida que Dios les habia propuesto. Es dificil encontrar, al fin de Jueces, alguna razón por la que Dios deberia salvar a Israel de sus enemigos. Es dificil decidir si los israelitas son en alguna cosa mejor que sus enemigos. La verdad es que Israel se ha transformado en su propio peor enemigo.

Sólo se vislumbra una chispa de esperanza: los israelitas se escandalizan ante la violación masiva de los benjamitas. Todavía pueden unirse para castigar tales ultrajes y todavía le consultan a Dios acerca de ellos. Pero están muy lejos del esperanzado pueblo que Josué guió a la tierra prometida.

Preguntas vitales: ¿Provienen tus problemas de tus circunstancias o de tus propias debilidades internas? ¿Qué tipo de ayuda necesita de Dios?

Profundizaciones de la Biblia (Antiguo Testamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora