Akaashi y Kita a los ojos de Bokuto

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(Bokuto)

Me pregunto de qué habrán hablado los omegas en casa de Kenma... Shirabu-kun parecía estar muy mal... debería decirle a Ushi... pero Akaashi dice que no tengo que intervenir en asuntos de omegas, a menos que sepa lo que sucede...

Akaashi... no me ha enviado mensajes ni hablado conmigo desde que inició esto del intercambio de parejas... Oikawa dice que, si volvemos después de este mes, entonces seguiremos juntos por siempre, pero... ¿Akaashi querrá regresar conmigo?

Sé que no soy fácil de manejar, actuando como un niño muy de vez en cuando, porque no puedo controlar muy bien mis emociones. Y rompiendo cosas por ser algo torpe... y a veces metiéndolo en problemas sin darme cuenta...

Sé que Akaashi es todo lo contrario a mí. Siempre lo eh sabido, y todos siempre me lo dijeron. Aun así, ambos empezamos a salir. Aun así, Akaashi me dijo que no importaban nuestras diferencias. Aun así, Akaashi dijo que, si había lidiado dos años conmigo en el mismo equipo, podría lidiar conmigo como novio en la misma casa...

Creó que me mintió... o no calculo lo diferente que sería vivir juntos... Y creo que se cansó de mí... No soy tan ciego como para no verlo...

Por otra parte, llevó un mes viviendo con Shin, y eh estado muy tranquilo. Me trata como a un niño, cuando actuó como uno. Siempre está ayudándome cuando lo necesito, y él... en realidad es muy agradable...

Me gusta ayudarlo. Me gusta cargar sus cosas. Me gusta que me enseñe a limpiar. Me gusta escucharlo hablar, o que me lea algo. Me gusta estar a su lado... como antes me gustaba estar junto a Akaashi...

-Kou, el desayuno está listo. -Escucho la voz de Shin.

-Voy. -Salí corriendo, y bajé al primer piso.

Shin siempre cocina con un delantal blanco y un pañuelo en la cabeza. Lo hace ver más lindo.

-Buenos días. -Me saludo. -Hoy tenemos una rica torta de chocolate con glaseado blanco. Y café. –

-Shin, eres un gran cocinero. -Lo alague. Todo lo que cocina es riquísimo... no tanto como lo que cocina Samu, pero se acerca muchísimo.

-No soy tan bueno, pero me alegra que te guste. -Me sonrió.

Shin tiene una sonrisa muy bonita y relajada. Es agradable verla.

-Uh, ¿por casualidad no has visto algunos de mis buzos? No los encuentro por ningún lado... -Pregunte.

Hace días que mis buzos desaparecieron. En general, eso significa que Akaashi entra en celo pronto, pero como no estamos viviendo juntos, no entiendo donde están.

-Oh, sí. -Shin...acaba de sonrojarse. Quiero abrazarlo... -Están en mi cuarto... yo... uh, estoy armando mi nido, y quería tu aroma... lo siento, te los devolveré. –

Shin... quiere mi aroma en su nido... quiere mi aroma en su nido... tiene un nido... ¡Shin tiene un nido! ¡Debe estar por entrar en celo!

- ¡No, no! ¡Puedes usarlos, tranquilo! -Comencé a negar, frenéticamente. -No me molesta, solo quería saber dónde estaban. –

-Aún así, debí pedirte permiso antes. Lo siento. -Shin me miro... se ve afligido...

Me levante de mi asiento. Fui hacia el suyo, y lo abracé.

-No lo sientas, me agrada que quieras mi aroma. -Murmure.

Sentí un cosquilleó entre mis brazos... un cosquilleó conocido... Shin... está ronroneando... ¡Es tan tierno!

-Gracias, Kou... -Lo escuche susurrar contra mi pecho.

Sonreí y lo solté de a poco.

- ¿Necesitas que te compre algo? ¿Supresores? -Pregunte.

-No, estaré bien. Tengo todo. -Me aseguro.

Asentí, y ambos terminamos nuestro desayuno.

En la universidad, estuve pensando en Akaashi... Akaashi y Shin... tan parecidos y tan diferentes... Akaashi solía tener la misma paciencia que Shin... hasta que, se le acabó...

No puedo culparlo, sé lo exasperante que puedo ser, aun cuando no intento serlo. Me pregunto si con Shin pasaría lo mismo... si siguiéramos viviendo juntos... ¿él también se cansaría de mí?

El entrenamiento de la tarde con Atsu, Sakusa y Nishi fue extenuante. Estaba saliendo, para ir a casa, cuando noté a Akaashi parado al lado de mi auto.

- ¡Hey, hey, hey, Akaashi! -Salude, con una sonrisa.

-Hola Bokuto-san. -No eh logrado que me llame por mi nombre... - ¿Podemos hablar? –

-Claro. -Accedí. - ¿Quieres que sea en mi auto o tu casa? –

-De hecho, aquí. -Akaashi me mir con seriedad... más seriedad de la normal, eso no es bueno.

- ¿Qué sucede? -Cuestione...

-Bokuto-san, creo que debemos terminar. -Directo como siempre. -Lo siento, pero creo que los demás tenían razón al decir que somos demasiado diferentes. Lo mejor es separarnos. –

Akaashi... ¿Cuánto hace que llegaste a esa conclusión? ...Sabes, no voy a decírtelo, pero sabía que llegaríamos a esto. Desde que empezó este intercambio... y desde que Papi Daichi dijo que estaba feliz contigo, y que parecías feliz con él...

-Entiendo. -Respondí. -Ojalá encuentres a alguien para ti, Akaashi. De todas formas, seguiré a tu lado, como amigo. Aun eres mi setter favorito... -

-Y tú siempre serás mi único As. -Me contesto, y vi algo de tristeza en sus ojos. -Adiós, Bokuto-san. Nos veremos cuando este intercambio de parejas termine. –

-Adiós Akaashi. -Asentí, y sonrió.

Akaashi... esto duele... pero también... creo que tienes razón. Quizás, sea lo mejor no ser novios...

El camino a casa en auto fue silencioso. Ni siquiera quise prender la radio para escuchar música. Entre al departamento, con los ojos llenos de lágrimas, apretando la boca para no dejarme vencer... para no caer rendido a llorar...

No noté el aroma demasiado dulce a mi alrededor, mientras cerraba la puerta con llave. No noté como ese aroma era el de Shin. No noté nada, hasta que lo vi dormido en el sofá, con las mejillas rojas, y moviéndose inquieto.

Me sequé las lágrimas, mientras caminaba hasta su lado.

-Shin... -Lo llame. -Shin... no puedes dormir aquí, te dolerá el cuerpo... Shin... -

-Kou...-Él abrió los ojos, y me miro.

Parecía adolorido... adolorido... y el aroma... oh, diablos...

-Shin, creo que entraste en celo. -Mencione. - ¿Quieres que te traiga algo? –

Él negó, y algo alarmado, se levantó del sofá. Apenas dio unos pasos, estuvo a punto de caer. Por suerte, llegué a agarrarlo. Lo levanté en brazos, y subí las escaleras a su cuarto.

Siempre me han gustado los nidos de Akaashi, muy organizados y suaves. El nido de Shin era igual. Lo recosté en medio, sobre unas almohadas, eh iba a irme.

-Kou... -Me volteé.

Shin se aferró a mi brazo, y murmuro algo. No llegue a oírlo, por lo que, me acerque más... y de repente... algo suave estaba contra mis labios...

Shin... me estaba besando...

Lo deje hacerlo. Deje que me recostara entre las almohadas, y se acostara sobre mí. Deje que pusiera mis manos en su cadera. Y cuando quise acordar, dejé que su aroma a lirios me durmiera. 


Intercambio de parejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora