Mudanza Parte 1: Perspectiva de KinIwa

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(Iwaizumi)

No había pensado en salir con nadie. No había pensado enamorarme. No había pensado enamorarme mucho menos de uno de mis kohais.

Conozco a Yuutarou desde la secundaria, y sí, siempre supe que me admiraba bastante, pero no imagine que estaba enamorado de mí... claro, hasta que se me declaro hace un año y medio...

Nunca me sentí cómodo como omega... no me gusta ser indefenso y más débil que los demás. Si los omegas generalmente tiemblan cuando un alfa gruñe, yo le devuelvo el gruñido; si uno me grita, yo le grito de vuelta; y si me intentan golpear, yo también les devuelvo el golpe. En general, gracias a eso, los alfas siempre me han visto como un amigo, o como un rival, pero nunca como un posible compañero, no es que a mí me importara mucho...

Oikawa siempre decía que, si seguía con mi actitud de "alfa dominante" con cuerpo de omega, nunca tendría una pareja. Makki, solía apoyarme, diciendo que no había nada de malo en que quisiera protegerme por mi mismo. Y Mattsun, decía que había alfas como él, a los que les gustan más los omegas fuertes.

Yuutarou, cuando empezamos a salir, dijo que le parecía admirable que, yo a pesar de ser un omega, fuera tan fuerte e intimidante. Me gustaba ese cumplido, creo que es el mejor que eh recibido, junto a algunos otros de Mattsun.

Las citas con mi alfa, en general, eran divertidas. Íbamos a algún salón de juegos, o a tomar algo a nuestro café favorito, o al parque a pasar el rato. Todo estaba bien.

Pero vivir juntos... admito que fue mi idea, y ahora me arrepiento de ella...

No es que Yuutarou no sea un buen compañero de casa, lo es. Lava los trastos, me ayuda con el mantenimiento de la casa, algunas veces... pero nunca cuida de él. Siempre que tiene muchos deberes, se centra en eso y olvida que necesita comida y descanso para vivir. Para colmo, le digo que tiene que descansar... ¡Y me gruñe! ¡Me ha dicho tantas veces que no soy su madre para mandarlo que estoy harto!

No es un niño, debería cuidar mejor de si mismo, pero no. Él no lo hace, y se enoja conmigo si yo intento cuidarlo.

Detesto tener que decirlo... la realidad no miente, nosotros dos ya no congeniamos. Ni siquiera me dedico una mirada, antes de irse con sus cosas a la casa de Kunimi...

Esta idea del intercambio de parejas, me parece pésima, y no quería aceptar. Pero con un mejor amigo como Oikawa... no dejo de insistir, hasta que termine aceptando, solo para que se callara. No entiendo como es que Kageyama lo ha soportado por tanto tiempo como su novio...

Por lo menos, lo bueno es que me toco Mattsun. Los dos somos buenos amigos, así que no creo que haya problemas.

Estaba leyendo los mensajes del grupo de omegas que Suga creo, cuando escuché la puerta y fui a abrir.

Cuando imagine a Mattsun llegando, pensé que solo traería cajas y alguna maleta. Apareció con ellas... y con un perro igual a él, bajo el brazo.

-Mattsun, te clonaron. -Fue lo primero que dije, sin despegar la vista del perro, que en respuesta me ladro.

-Muy gracioso, Iwaizumi. -Mi amigo resoplo, y yo me hice a un lado para que entrara. -Él es Elvis, mi mascota. –

Elvis... ¿enserio? ¿quién le pone a un caniche negro, con el pelo bien rizado, Elvis?

- ¿Qué tan fuerte te golpeo Makki con su sartén? -Mire a mi amigo con preocupación, mientras lo ayudaba a entrar las cajas.

- ¿Por qué todos dicen eso cuando ven a mi perro? Kunimi me pregunto lo mismo. -Mattsun refunfuño, acariciando a su mascota.

-Mattsun, ¿Quién le pone a un caniche negro, Elvis? ¿No pudiste pensar en un mejor nombre? -Cuestione.

-A mi me gusta. -Mi amigo se encogió de hombros.

-Amigo, lo lamento. -Le quite el perro de las manos, y lo mire a la cara. -Yo te voy a llamar, Mattsun 2.0 –

El perro, para consternación de su dueño, me ladro y me lamió la cara, con alegría.

-Traidor. -Escuche a mi amigo murmurar.

Deje al cachorro en el suelo, y enseguida se puso a investigar.

-Vamos a llevar tus cosas arriba. -Levante algunas cajas, mientras Mattsun levantaba su valija y las otras cosas que había traído. Antes de comenzar a caminar me dirigí al perro. -Mattsun 2.0, si le haces algo a mis plantas, te castro. –

Hace un año, Kunimi y Akaashi me regalaron unas hermosas plantas de interior, que me encantan. Me agrada el perro, pero si le hace algo a mis plantas, lo liquido.

(Kindaichi)

Siempre admire a Hajime. Es un gran omega, fuerte y decidido. Ni bien termine la secundaria, no dude en ir a su misma preparatoria con Akira...

Al inició no pensé en contarle sobre mis sentimientos, porque pensé que no me correspondería. Además, creí que estaba saliendo con Oikawa-san...

Me sentí feliz, cuando Akira descubrió que no era así, y en mi tercer año en Aoba Johsai, junté valor y me le confesé. No pensé que me correspondería, pero lo hizo, y yo lo abrace.

Nuestras citas siempre fueron algo simples, nada elegante. Hajime siempre dijo que le gustaban más las cosas sencillas, y yo estaba feliz de dárselas.

Cuando me pidió que nos mudáramos juntos, creí que era una buena idea. Ahora me arrepiento...

No congeniamos, y me trata como si fuera un niño. Sí, a veces me salto comidas o me quedo despierto hasta tarde, pero ¿qué quiere que haga? Me dan tantos deberes que a penas tengo tiempo de respirar.

Al principio, intente seguirle la corriente a Hajime, y hacer lo que me decía, creyendo que así me dejaría en paz... me equivoque. ¡Se volvió demasiado controlador! ¡Es como tener a mi madre en mi espalda a toda hora! ¡Se supone que él es mi pareja, no mi madre!

Comenzamos a discutir más y más por eso. ¿Es que no puede dejarme tranquilo cuando estoy ocupado con mis materias de la Uni?

La idea de Oikawa-san y Kuroo-san sobre el intercambio de parejas no me parecía muy buena, pero al final... es mejor que seguir peleando con Hajime.

Quería decirle algo a mi omega antes de irme de la casa, sin embargo, no se me ocurrió nada, y me fui sin mirar atrás.

Akira me abrió la puerta de su departamento, casi sin mirarme.

-Hey. -Lo salude. - ¿Me ayudas un poco? –

Mi mejor amigo me miro un minuto, como siempre, considerando si valía la pena ayudarme. Por suerte, parece que creyó que no sería tan malo, y agarro las cajas que le tendí.

Entre detrás de él, con mi maleta y las cajas más pesadas, para encontrarme, frente a una sala donde había cosas desperdigadas por todas partes.

-Tu depa... está algo desordenado. -Murmure, sorprendido.

Conozco a Akira desde hace muchos años, y sé que, si hay algo que no tolera, es el desorden.

-Yuuji es muy desordenado. Estaba por limpiar. -Mi mejor amigo resoplo.

Ambos llevamos mis cosas a la habitación de invitados donde dormiría, y una vez que me instale, lo ayude a ordenar un poco.

Irónicamente, en el camino, encontré ropa interior que no era de Akira, y otras cosas que me hubiera gustado no ver...

No creo que pueda volver a ver a Terushima-san con los mismos ojos de nuevo... 

Intercambio de parejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora