Daichi y Akaashi

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(Akaashi)

¡¿POR QUÉ A MÍ?! ¡PASE TODA LA MALDITA SEMANA ANIDANDO! ¡TODA LA SEMANA! ¡Y NUNCA ME ACORDE DE COMPRAR SUPRESORES! ¡PARA COLMO MIS AMIGOS NO PUEDEN TRAERMELOS! ¡Y SUGA-SAN ME TRATO MAL!

De acuerdo... cálmate Keiji, cálmate y no llores. Suga-san no te quiso decir nada de mala manera. Él no esta enojado contigo. ¡Que no llores!

- ¿Akaashi? -La voz de Daichi-san vino del otro lado de la puerta. -Prepare el desayuno... ¿quieres bajar o que te lo traiga? –

- ¿Me... lo traes? -Trate de responder lo más normal posible.

-Claro... ¿estás bien? Suenas angustiado. - ¿Por qué no puedo fingir mejor?

-Sí, sí. Solo estoy algo adormilado. -Me excuse.

-Bueno, ya te traigo el desayuno. -Escucho que sus pasos se alejan de la puerta.

¡¿Y AHORA QUE DIABLOS HAGO?! ¡LO VOY A TENER QUE DEJAR ENTRAR! ¡Y VA A SENTIR MI AROMA EN CELO! ¡¿POR QUÉ A MÍ?! ¡CALMA! Necesito mantener la calma. Todo va a estar bien. Daichi-san es un alfa muy agradable, no creo que vaya a decirme nada. Tengo que mantenerme tranquilo...

Tratando de mantener mi respiración estable, me acerque al armario, y saque una sudadera de Bokuto-san que tengo para emergencias. Su aroma a vainilla es agradable... aunque ya casi no puedo sentirlo...

- ¿Akaashi? ¿Puedo pasar? -Daichi-san...

-Sí, adelante... -Conteste, soltando la sudadera, que cayo al suelo.

Vi a Daichi-san entrar, y detenerse de inmediato. Puso la bandeja con el desayuno sobre el escritorio de mi cuarto, y me miro.

-Estas... ¡Oh dios! ¡¿Necesitas que me vaya?! ¡¿Quieres algo de mi ropa?! ¡¿Qué llame a Bokuto?! ¡No sé...! -Escuche al alfa sugerir, alterado.

Quería decirle que estaba bien. Que si podía ir a comprarme supresores eso me ayudaría... pero su aroma a menta me nublo la vista... De un momento a otro, cruce la habitación, y me desplome contra él, con mi cara contra su cuello...

-A... ¿Akaashi? -Daichi-san rodeo mi cintura con sus brazos, creo que para evitar que me cayera.

-Lo siento... tu aroma es encantador... -Murmure, y tambaleándome me separe de él. -Yo... -

No sé que iba a decir, solo que, alejándome de él, mi cuerpo dejo de reaccionar, y casi choque contra el suelo. Daichi-san me agarro a tiempo, y me cargo en sus brazos hasta la cama, donde estaba mi nido.

Me recostó en medio, y me miro. Parecía preocupado.

- ¿Estás bien? ¿Qué necesitas? -Me preguntó.

Quería decir supresores. Quería decirle que necesitaba supresores... Mi omega interior dijo otra cosa...

-Solo... recuéstate a mi lado, y esparce tu aroma alrededor. -Me sonroje, pero no intente corregirme.

Daichi-san asintió, se recostó a mi lado, y ni bien llegó a mi nariz su aroma, me acurruque contra él, aferrándome a su remera. Sentí como paso uno de sus brazos por mi cintura, y su otra mano, se poso sobre una de las mías.

- ¿Así está bien? -Lo escuche preguntar.

No respondí vocalmente. Solo comencé a ronronear, y en algún punto, creo que me quede dormido... 

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Hola Lectores! Duda importantísima para el siguiente cap. ¿Quieren que Daichi y Akaashi tengan sexo? 

Respondan ahora o callen para siempre porque, ni bien empiecen a responder, empiezo a escribir. Estoy inspirada hoy con esta historia, así que, aprovechen y díganme.  

Saludos. 

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