Lisanna sintió náuseas y estuvo a punto de devolver la comida cuando reapareció en su reino, en "Portmen", tras haber cruzado el portal dimensional. Por suerte para ella, había reaparecido detrás de unos arbustos al pie de un camino a las afueras del reino, por lo que nadie la había visto.
La princesa suspiró profundamente y miró hacia el hermoso cielo azul. Estaba de vuelta, estaba en casa. Sin embargo, su vuelta no era tan emocionante como ella pensó que sería hacía tiempo. Sin su hermana, no tenía a nadie más y el motivo por el que decidió alejarse de Alan y los suyos fue por los recuerdos que le traían de Elena y porque, en ausencia de su hermana, alguien debía encargarse del reino.
Había vivido una aventura inolvidable y habría sido increíble si no se hubiese llevado por delante la vida de su hermana. Las lágrimas acudieron a sus ojos, pero no fue capaz de llorar. Ya se estaba adentrando en Portmen y no quería que nadie la viese en ese estado emocional. Pensó en Alan y sus amigos. No tuvo el valor de contarles la verdad, de decirles que nunca más volverían a verse. Ese había sido el último disco interdimensional que aquel anciano le dio meses atrás. Ya no podía volver.
"Lo siento chicos pero nunca más nos volveremos a ver" pensó.
En cuanto al viejo de la cabaña, no lo había vuelto a ver desde entonces y su curiosidad la carcomía por dentro. ¿Quién era? ¿Como tenía en su posesión tecnología del mundo de Alan? ¿Y cómo sabía que Alan iba a invocar a Asmodeus?
Eran preguntas sin respuesta.
Cuando por fin llegó al castillo no pudo evitar sonreír de nostalgia al recordar los buenos momentos vividos con su hermana. Admiró su hogar y se abstrajo en sus propios pensamientos durante unos segundos. Sin embargo, entre el tumulto de la gente, logró distinguir una cabellera rubia que avanzaba con elegancia entre la multitud. El corazón le dio un vuelco. No podía ser, no era posible.
Ahogando un grito salió corriendo en su dirección y cuando por fin llegó junto a aquella chica sus piernas dieron un brusco frenazo y se detuvo en seco. Estaba temblando de la emoción y de la impresión del momento.
Sin esperar ni un segundo más saltó hacia delante y abrazó a Elena.
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Alan Heek y La Espada Mortal
Fantasy¿Qué pasaría si algún día descubrieses que eres capaz de controlar una poderosa magia que nunca antes nadie había podido controlar? Eso es lo que le sucede a Alan Heek, cuya percepción del sobrenatural mundo que le rodea cambiará por completo al dar...