Capítulo 23: El pacto(II)

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-¿Te suena de algo este sitio?-Aiden me había agarrado del hombro y me arrastraba hacia la barra del local con una sonrisa eufórica. A Zack también se le veía con más energía de la habitual.

-Aquí fue donde supe que no erais humanos-deduje yo con una sonrisa radiante-¿No es así?

Aiden asintió mientras esquivaba a un hombre barbudo.

-En efecto...-por fin llegamos hasta la barra donde pude adivinar la rizada mata de pelo negro de la licántropa Lara al otro extremo del bar repartiendo bebidas.-¡Por fin vamos a divertirnos los tres juntos como realmente deberíamos haber hecho desde hace tiempo!

-Bueno...saliendo como humanos ya nos lo pasábamos bien.-dije seriamente pero Zack soltó una gran carcajada.

-Ni te imaginas lo increíbles que son los chupitos que nos tomamos nosotros Alan. Vas a flipar.-se acomodó en la barra y consiguió llamar la atención de la camarera que ya volvía de servirles a unos vampiros-Lara, tráenos lo de siempre por favor, pero que ésta vez sean tres.-tras decir esto último hizo un gesto con la cabeza, señalándome.

La chica lobo dejó escapar una bonita sonrisa mientras limpiaba los vasos de los chupitos y cogía la bebida en un estante.

-Vosotros tres sois un grupo muy curioso. ¿Lo sabíais verdad?-nos colocó los tres pequeños vasos y vertió en ellos un extraño líquido anaranjado-Un hombre lobo,, un vampiro capaz de caminar bajo la luz del sol y un cazador de demonios que casi se mete en una pelea la primera vez que viene aquí.-soltó observándome de reojo con una mirada lasciva-Esto no se ve todos los días.

-En realidad también sé hacer esto.-dije para demostrarle que yo también era especial y creé una pequeña llama con mis dedos disimuladamente.-Pero mejor que no lo sepa nadie.

La chica de tez oscura elevó las cejas. Se hallaba bastante sorprendida.

-Efectivamente, aquí sois todos especiales.-negó con la cabeza y guardó la bebida.-Aquí tenéis chicos-nos sirvió los tres chupitos y yo fruncí el ceño, dispuesto a averiguar que demonios era aquello que me iba a beber.

Aiden sacó un par de monedas de su bolsillo, dispuesto a pagar pero Lara no se lo permitió.

-Es gratis chicos, no os preocupéis.-depositó su salvaje mirada en mí y yo me puse un poco nervioso-Os sale gratis porque el otro día me cayó bien vuestro amigo..-dicho eso me guiñó un ojo y se alejó para atender a otra mesa. El local no estaba lleno pero si había bastante gente.

Yo me quedé estático en la barra, sin saber como reaccionar. Nunca antes ninguna chica se había dirigido de esa manera hacia mí. Supongo que debía de estar rojo como un tomate de vergüenza porque mis dos amigos no dejaban de mirarme tratando de aguantarse la risa.

Aiden me dio un codazo y enarcó las cejas con su característica sonrisa pícara pero yo le ordené que se callara e ignoré las burlas de Zack.

-¿Qué es?-pregunté señalando el chupito, el cual parecía observarme con expectación.

-Primero te lo bebes y luego te lo decimos.-el tono burlón de Aiden no dejaba lugar a dudas, lo tenían planeado.-Ya verás.

Mis dos amigos cogieron el vaso con decisión y yo alargué la mano para cogerlo de la barra. Temblaba un poco debido a los nervios, por lo que casi se me derramó un poco pero conseguí acercarlo hacia mí.

-¡Por nosotros!-brindamos los tres y me tragué el chupito sin pensármelo dos veces junto a ellos dos.

¡Qué horror! ¡Era el infierno en mi boca! Por primera vez en mi vida sentí como mi cavidad bucal y mi garganta me quemaban y ardían como si dentro hubiera fuego incandescente a medida que el líquido se desplazaba hasta mi estómago.

Alan Heek y La Espada MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora