Capítulo 10: Ahora estamos juntos en esto

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A ver.-el hombre de mediana edad se recostó en su asiento y le dio un sorbo a su vaso de whisky.-¿Qué es eso tan urgente que queríais contarme?

Zack dio un paso al frente.

-Profesor Hook. Esto se nos ha ido de las manos. Alan casi mata a Aiden sin querer.-señaló a su amigo con un dedo acusador, como si él tuviera la culpa.

El cazador de demonios escuchó las palabras de Zack sin pestañear ni una sola vez. Se hallaba estupefacto con las declaraciones del chico.

-Tampoco es para tanto profesor.-dijo Aiden haciendo aspavientos con las manos.-Tan solo ha sido una quemadura.

Zack lo fulminó con la mirada.

-¡Serás idiota! ¡Casi te convierte en vampiro ahumado!-alzó la voz encarándose con su amigo.-Y por poco no incendió los baños públicos del instituto.

Pero Aiden seguía negando la situación. No le hacía ninguna gracia tener que contarle la verdad a Alan, y por eso quería retrasarlo lo máximo posible.

-Anda, que tonterías dices. Habrás comido carne en mal estado.-le pasó una mano por la cabeza al chico y le revolvió sus cabellos castaños.-Ya sabe usted cómo son los lobos.

A Zack esas palabras no le sentaron nada bien.

-¿Quieres pelea imbécil?-dijo apretando los dientes y mirando desafiante al chico de cabellos plateados.

-Pruébame.

Ambos gruñían y se miraban con aparente odio a los ojos, como si fuesen dos perros rabiosos. El profesor Hook, al ver tal escena, puso los ojos en blanco y suspiró.

-Dejadlo ya chicos. ¿O queréis que llame a Lluvia?

Zack y Aiden se giraron hacia él. Nada más escuchar ese nombre sus respectivos enfados se transformaron en muecas de terror y ambos se abrazaron asustados. La imagen de una chica de pelo castaño oscuro, ojos de un color azul océano y mirada penetrante se formó en sus respectivas cabezas. La imagen de Lluvia.

-¡NO! ¡Lluvia no!-exclamaron al unísono asustados.-¡No hace falta! Nos comportaremos como es debido.

El profesor Hook esbozó una pequeña sonrisa. Lo de Lluvia no había sido más que un simple farol. La chica más fuerte de la escuela se encontraba lejos realizando una misión muy importante. Estaba muy ocupada. No obstante, el simple nombramiento de su nombre ponía los pelos de punta a los chicos. Y él sabía utilizar eso en su contra.

-Eso espero.-se giró hacia Fey, quien observaba la escena en un rincón con los brazos cruzados sin decir nada.-¿Es cierto lo que me contaste de la diablesa?

El joven cazador de demonios asintió.

-Bien. Visto lo visto no me quedará más remedio que convocar una reunión con Alan.-Zack sonrió ante la noticia y Aiden puso una mueca de desagrado, aunque muy en el fondo se alegraba.-Pero primero deberéis apañároslas para contarle la verdad. Vuestra verdad.

Los chicos intercambiaron miradas nerviosas pero asintieron sin protestar.

-Y debemos averiguar qué es lo que quieren de Alan los demonios. Aunque yo ya me hago una idea...

La charla continuó durante un rato más hasta que el profesor Hook se cansó y los mandó salir de su despacho. Un poco agobiado, el hombre de pelo castaño perfectamente peinado, musculatura tonificada pero normal, ojos marrones y mirada cansada, se recostó en su asiento. A los pocos segundos recibió una llamada entrante de fuera de la escuela. Un objeto circular del tamaño de una pelota de tenis vibró en su mesa y él lo cogió y lo abrió. Era un teleportador.

Alan Heek y La Espada MortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora