Cuando me desperté no sentía la almohada ni el colchón. Miré a todos lados confuso y me di cuenta de que estaba en el suelo al lado de la cama, me había caído, de ahí la sensación de caer al vacío que había experimentado segundos antes. Miré la hora: las 10 de la mañana, apenas había dormido 6 horas. Había tenido un sueño de lo más extraño. ¿Había sido realmente real o producto de mi imaginación? ¿Quién era esa extraña mujer?
No tuve mucho tiempo para pensar en eso pues el agudo sonido de un timbre (el mismo que había escuchado cuando aún estaba soñando) sonando con mucha potencia y también el de una puerta siendo no golpada, sino aporreada fuertemente como si al otro lado hubiera una horda de zombies hambrientos, hizo que me sobresaltara y diera un pequeño brinco con las sábanas a mi alrededor.
-¿QUERÉIS DESPERTAROS DE UNA VEZ HOLGAZANES?-la inconfundible voz de Zack me taladraba los tímpanos y el sonido de los golpes me ponía de los nervios así que abrí la puerta de mi habitación con furia y me dirigí hacia la puerta de entrada preguntándome que demonios estaría haciendo Aiden para no haber abierto ya.
Agarré el pomo con fuerza y di un tirón, recibiendo a mi amigo Zack con la ropa del anterior día un poco arrugada.
-¡Me has despertado! ¿A qué viene tanto jaleo?-gruñí como un león deseando volver a la cama.
-Esa era la idea listo.-me esquivó con una velocidad asombrosa y penetró en el piso-¿Dónde está Aiden?
Yo me giré y volví a cerrar la puerta.
-Eso mismo me preguntaba yo.-comencé a caminar detrás de él-Seguirá durmiendo como un oso.
Ambos entramos en la cocina y nos encontramos a nuestro gran amigo vampiro bebiendo tranquilamente el característico líquido viscoso de color escarlata de un vaso de cristal. Al parecer si que se había levantado.
-¡Hombre Zack! ¿Te lo has pasado bien golpeando la puerta?-una sonrisa burlona se dibujó en su cara y Zack suspiró poniendo los ojos en blanco.
-¿Ya estabas despierto?-apreté los dientes un poco molesto, podría haber seguido descansando-¿Por qué no le abriste?
-Oye, oye, yo necesito mi tiempo.
-¿La velocidad de vampiro donde quedó?
El chico de pelo marrón oscuro, viendo que la discusión se iba a alargar decidió intervenir.
-Chico, chicos, ¿podéis dejar esto para otro momento? El profesor Hook nos quiere en media hora en la escuela, me ha mandado a mí a avisaros.
-¡¡¿Qué?!! ¡Aún tenemos que desayunar y cambiarnos, no es justo!-protesté indignado golpeando medianamente fuerte la mesa de la cocina.
Aiden se bebió la sangre que le quedaba y me sonrió.
-Habla por ti, yo ya he desayunado-pasó a mi lado echándome la lengua como un niño pequeño- Y también me he cambiado.
-¿Qué? ¿Cómo has...?
-¿Qué decías de la velocidad de vampiro?
Al final tuve que desayunar de camino así que me las apañé para comerme un croissant y pedir un café con leche bien caliente aunque para mí era como si no lo estuviera. Durante el trayecto hasta la escuela Aiden y Zack se interesaron por mí preguntándome si ya estaba mejor y les conté el momento vivido con Elena con todo lujo de detalles a lo que ambos me lanzaron pícaras miradas arqueando las cejas una y otra vez increíblemente coordinados arrancándome más de una carcajada.
-No chicos, no me gusta Elena.-negué rotundamente con la cabeza aún bajo la influencia de la risa-Es como Lisanna, me cae bien, eso es todo.
-Eso ya lo veremos. Verás...yo soy un experto en estos lindes.-Aiden se frotó las manos y le dio un codazo a Zack-Ya veremos cuando ella se le acerque.-pude escuchar lo que le comentaba y sentí un poco de calor en mis mejillas.
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Alan Heek y La Espada Mortal
Fantasy¿Qué pasaría si algún día descubrieses que eres capaz de controlar una poderosa magia que nunca antes nadie había podido controlar? Eso es lo que le sucede a Alan Heek, cuya percepción del sobrenatural mundo que le rodea cambiará por completo al dar...