-Es tarde, ya debería de estar aquí-Aiden se recostó contra la pared de hormigón de una de las grandes casas que rodeaban el parque donde se hallaba la escuela de cazadores de demonios Los últimos rayos de sol bañaban su cuerpo dándole un aspecto temerario, iluminándole sus amarillentos ojos vampíricos mientras el chico le mandaba un nuevo mensaje a Alan para que se apurase.
Había pasado casi un día desde su encuentro en la taberna de Lara. Alan no había acudido a clase por la mañana. Elena y Lisanna se mostraron especialmente preocupadas pero ellos, sin saber que las chicas ya sabían que Alan no era humano, simplemente les dijeron que no se había encontrado bien y se había quedado en casa.
-Dale tiempo.-debatió Zack a su lado-El chico está un poco nervioso, ten en cuenta que no vino a clases a la mañana.
El vampiro diúrno sacó una pequeña cantimplora del bolsillo izquierdo de su chaqueta de cuero y dio un gran sorbo para calmar su sed. Le encantaba la sangre fresca, era todo un manjar. Con impaciencia volvió a consultar su móvil; eran casi las seis y media y habían quedado diez minutos antes. Se estaba haciendo de noche, era invierno, concretamente diciembre, y en esa época del año el sol se pone pronto en el norte de España.
-Lo sé, y le entiendo, yo también lo estaría. Es solo que-le dió una patada a una lata de cerveza vacía-, no me gusta esperar, me pone nervioso a mí.
-A mí la que me pone nervioso es Lisanna-Zack gruñó ligeramente y apoyó las manos detrás de su nuca para recostarse junto a su amigo-Siempre tan alegre y extrovertida, es una pesada. Su hermana me cae mucho mejor, al menos es más sosegada.
-Tú te quejarás pero con Alan se lleva muy bien, tienen un gran vínculo difícil de romper-Aiden le lanzó una mirada inquisitiva-Además, no es tan pesada, es muy maja y expresiva. Eso no es malo, no que yo sepa.
Zack suspiró profundamente.
-Que a él le caiga muy bien no significa que me tenga que caer bien a mi también-dirigió una rápida mirada hacia el frente-Hablando del rey de Roma, mira quién llegó por fin.
Vestido con una fina chaqueta de color gris claro sin capucha y unos pantalones negros flexibles similares a un chándal Alan llegaba caminando dando grandes zancadas calle abajo.
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(Alan)
-Ya pensábamos que te habíamos asustado ayer-Aiden me dedicó una pícara sonrisa y sus colmillos florecieron de golpe-¡Maldita sed, ya vuelve la condenada!-el vampiro llevó la cantimplora de antes hasta su boca y volvió a verter el líquido escarlata que descansaba en ella en su cavidad bucal, saboreándolo como si fuese el mayor de los manjares.
Puse una mueca de fastidio y saludé a Zack.
-¡Que va! Seguís siendo mis amigos, ayer solo necesitaba un poco de tiempo para procesarlo todo.-jugueteé con mis dedos emitiendo pequeñas llamas-Además, no muchos pueden presumir de tener a un vampiro y a un hombre lobo como amigos.
-En eso tienes razón-afirmó Zack encogiéndose de hombros para después desperezarse y comenzar a caminar de frente-Vamos, el profesor Hook nos espera.
Aiden y yo le imitamos y comenzamos a seguirle por las estrechas calles de la ciudad.
-La escuela no está muy lejos de aquí.-comentó esquivando una farola-En menos de cinco minutos ya estaremos.
Yo abrí los ojos como platos, poniendo una mueca de incredulidad.
-¿Vamos a la escuela de cazadores de demonios?-pregunté pasándome una mano por mi corto pelo castaño-No seré bienvenido allí, y si las cosas no han cambiado vosotros tampoco.
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Alan Heek y La Espada Mortal
Fantasía¿Qué pasaría si algún día descubrieses que eres capaz de controlar una poderosa magia que nunca antes nadie había podido controlar? Eso es lo que le sucede a Alan Heek, cuya percepción del sobrenatural mundo que le rodea cambiará por completo al dar...