❝𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑❞ ᵃ ᵍᵉᵒʳᵍᵉ ʷᵉᵃˢˡᵉʸ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ ✓

La vuelta²⁵

La última semana de clases se pasó volando, cuando quisimos acordar estabamos en el tren volviendo a casa de los Dursley. Le habíamos explicado todo a Ron que estuvo dormido toda nuestra travesía en la enfermería, la enfermera de Hogwarts me felicitó por el buen uso del alcohol en la herida y por el vendaje muy prolijo aunque le extraño que tenga whisky en el collar decidió no preguntar mucho.

—Papá dijo que iríamos a la final del mundial de Quidditch éste año, consiguió boletos de primer lugar para todos —dijo emocionado— hasta para ti Isa, cuando nos envió la carta tuve que recordarle de ti para que consiga una también —dijo sonriendo.

Estaba feliz de los amigos que había hecho este año, gracias a Harry me había integrado muy rápido con sus dos mejores amigos y por primera vez en años me sentía muy feliz de tenerlos.

—¿De que equipo eres Isa? —preguntó Ron.

—En Sudamérica apoyaba a Argentina, su equipo era muy fuerte y veloz. Además sus insultos son muy graciosos cuando asistís a sus partidos. Pero mundialmente hablando... Suecia —dije dudando— pero ambos me gustan mucho.

—con Harry apoyamos a Irlanda, seguro ganará la copa este año.

El resto del camino nos la pasamos hablando de Quidditch y nuestros planes para el verano.
Yo iba a pasar el primer mes de vacaciones con Harry y después me iba a ir unas dos semanas a lo de Lupin, Harry había insistido que vaya, luego iba a volver para pasar nuestros cumpleaños juntos. Luego los Weasley iban a buscarnos para ir a pasar una semana antes de ir al partido e irnos a Hogwarts.
Harry no estaba muy convencido de que nos dejaran ir pero yo lo alentaba de escaparnos si eso pasaba.

Cuando llegamos a la parada 9 ¾  el señor Dursley nos esperaba con su feo bigote y su mirada de asco que tiraba a cada mago que se cruzaba.
Nos despedimos de nuestros amigos y de los Weasley. Aún me daba nostalgia que el beso con George haya quedado en el olvido, podía seguir recordando su risa en la noche y sus labios sabor alcohol en los míos...
Volví a la tierra al escuchar el sonido de desprecio que hizo el tío Vernon cuando nos vió con nuestras maletas.

—argh ¿que es eso? —dijo cuando vio la carta que Harry tenía en la mano.

—Es una carta de mi padrino.

—Tonterias, no tienes padrino.

—si lo tengo, no sabiamos nada de él porque estuvo preso por un crimen que no cometió, pero por suerte ahora esta libre —vernon abrió a más no poder sus ojos ante la sinceridad de Harry y yo intentaba aguantar la risa.

El camino de vuelta fue muy callado, Tío Vernon intentaba ocultar su miedo lo más posible y con Harry nos reíamos silenciosamente de él.

^^^^^^^

El primer mes con los Dursley fue insoportable. Habían puesto a dieta a Dudley y todos teníamos que comer algo mismo. También intenté darle mi ayuda a Petunia en la casa pero siempre me sacaba descortésmente para luego quejarse que ella era la única que trabajaba en la casa y que con Harry eramos unos parásitos.

—Uno era suficiente, ya teníamos suficiente, ¿y ahora dos? Esto es intolerable —decía de vez en cuando entre dientes.

Yo, que tenía poca paciencia y un carácter bastante bravo, tenía que contar hasta diez para seguir en esa casa sin decir ni una palabra. Harry era de gran ayuda en la casa, nos la pasábamos hablando sobre quidditch encerrados en la habitación que compartiamos. De vez en cuando hacíamos las tareas que nos habían dejado en el verano juntos y les enviabamos cartas a nuestros amigos con nuestras lechuzas. Mi lechuza negra, Lee, se llevaba muy bien con la lechuza de Harry, se las podía escuchar chillar con diversión cuando las poníamos en la misma jaula y las enviabamos a llevar las cartas juntas.
La señora Weasley, la mamá de los chicos, nos enviaba ricas tartas para sobrevivir a la dieta de Dudley. Era muy gentil con nosotros, especialmente conmigo que aún no me conocía. Harry decía que era una mujer muy buena y dulce que cocinaba muy bien.