❝𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑❞ ᵃ ᵍᵉᵒʳᵍᵉ ʷᵉᵃˢˡᵉʸ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ ✓

visita⁸²

—Oh! Buen día cariño ¿Cómo te sientes hoy? He preparado unas galletitas de chocolate especialmente para tí, ven, sientate.

La señora Weasley tenía una sonrisa dulce, la que toda madre hace cuándo ve a uno de sus niños. Ella era la madre que Harry y yo no pudimos tener, siempre nos trataba bien y con amor, nos regalaba cosas para navidad y se preocupaba por nosotros tanto como por sus propios hijos. Me senté en la mesa del comedor y me alcanzó un plato lleno de galletitas de chocolate hechas solo para mí, luego sirvió en mi taza café recién hecho.

—Gracias Molly —le regalé una sonrisa y agarré una de las galletitas, le di un mordiscon y el sabor a chocolate amargo abrazó mis papilas gustativas.— ¡Están deliciosas!

—¡Sabia que te gustarían! Anduve investigando en algunos de esos libros muggles de Arthur y decía que en Brasil se comía mucho chocolate y café por lo que... ¡GEORGE! CUANTAS. VECES. TE. HE. DICHO. QUE. NO. TE. COMAS. LAS. MALDITAS. GALLETITAS. DE ISABELLA —le pegó con un trapo a su hijo que había aparecido de la nada y se habia robado una.

—¡Basta mamá! me avergüenzas en frente de ella, —él se intentaba proteger con sus manos y corría lejos de ella, pero Molly lo seguía.— Buen día linda. ¿Como te sientes hoy? —Me dio un beso en la mejilla y se sentó a mi lado.

Había escuchado la misma pregunta tantas veces en la última semana desde que había pasado todo lo de Nathaniel que ya no sabía que más responder, no hablé mucho del tema con nadie, solo callé lo que sentía y fingía que todo estaba bien. Pero la realidad era que me había dolido más que a nadie.
Su muerte fue escuchada por todo el país en la radio, George le hizo saber al locutor la noticia con la esperanza que su familia lo sepa. Dos noches más tarde, vi a su madre llorar desconsoladamente en el suelo desde los ojos de Nagini, Bellatrix estaba con ella y fingió que no sabía nada al respecto, cómo si no hubiese sido ella quién asesinó a su propio sobrino.

No sabía como contarle eso a George entonces me lo guardé, no quería decirle que había visto el propio dolor de su madre al perder a su hijo, como gritaba y lloraba, golpeaba al suelo y decía "¿Por qué él? siempre fue un niño bueno". Simplemente no quería decírselo.

Necesitaba a Harry, con él podía hablar de estas cosas, también a Hermione que da los mejores abrazos y a Arabella que siempre busca una forma de hacerme reír. Pero aún no habíamos hecho algún contacto con ellos, seguro seguían buscando los últimos horocruxces y Arabella seguía junto a Luna escondidas.

Había pasado los últimos días en la madriguera ayudando a Molly en la casa, curando heridas que tanto George y yo teníamos, su oreja estaba mejorando mucho y pude recargar mi collar con agua de luna que la señora Weasley tenía almacenada de la última luna llena.

Al mediodía, juntas habíamos preparado un rico estofado con un poco de todo. Molly era una experta en sacarle provecho hasta a las pequeñas zanahorias que habían crecido en su huerta y que creían todos inútiles para hacerlas exquisitas.

Con Ginny, George, Molly, Fleur y Fred esperamos hasta que Bill y Arthur aparezcan del trabajo para almorzar y al cabo de unos minutos tocaron la puerta.

—¡Adivinen qué! —dijo Bill con una gran sonrisa— ¡Tenemos visita!

Todos nos asomaron para ver quién se había atrevido a salir de la comodidad y seguridad de sus casas para visitar esta cuando vimos a una cabellera rosa y otra castaña canosa pasar por la puerta.

—¡Remus! —salté de mi asiento y corrí a saludar a mi padrino que hacía meses que no veía. Le di un fuerte abrazo y me escondí en su pecho, estaba muy feliz de volverlo a ver.— No piensen que me olvidé de ustedes... —abracé a Tonks igual de fuerte y besé al pequeño Teddy en la frente, su pelo azul claro llamaba la atención de cualquiera y a pesar de que algunos lo veían raro, tanto a mi como a Harry nos encantaba.— ¡Está tan grande! Ven con la madrina.