La primer prueba ³⁷

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—¡¡DRAGONES!! —gritó Hermione y Harry le tapó la boca con la mano.

—Hermione cállate, no puede saberlo nadie. Si se enteran que Hagrid me los mostró se enojarán con él.

Ayer a la medianoche Harry fue citado por Hagrid en su cabaña y hoy nos contó cual era la razón de que lo llamara tan tarde. Cuatro grandes dragones nos esperaban en la primer prueba y debíamos burlarnos para pasarla.

—¡Es muy peligroso! ¿Como pueden permitir que los estudiantes se enfrenten a eso? Es una locura, no lo puedo creer —Hermione se agarraba la cabeza, parecía más preocupada que nosotros— ¿Sabes algo de Dragones Isa? ¿Aprendiste sobre ellos algo que les pueda servir en Castelobruxo?

—No, ni siquiera hay dragones en Brasil por el clima. Harry, ¿Creés que podríamos ir a verlos hoy?

—No veo por que no, tal vez se nos ocurra algo si vemos como son mejor.

A Hermione no le causó mucha gracia eso pero no nos lo dijo. Sabía que no llegaría a ningún lado si nos lo prohibía porque iríamos igual. Además podría ser bueno si nos inspirabamos al ver las características físicas de los dragones.

Esa misma noche nos encontramos en un pasillo a la una de la mañana y juntos, con la capa de invisibilidad y el mapa, caminamos por el bosque en busca de los dragones.

Llegamos al campamento donde estaban atados con gruesas cadenas y con varios magos haciendo guardia al rededor de ellos.

Nos sentamos al lado de una planta que tenía vista directa a los cuatro dragones y comenzamos a anotar en un pergamino las características de cada uno.

—¿Como lo haremos solo con magia? Parecen no tener punto débil.

—Anoche vi como casi veinte hombres tuvieron que usar al mismo tiempo un hechizo para dormirlo. Es imposible que lográramos hacerlos solos. Tal vez tú sí porque eres más inteligente pero yo estoy muerto.

—Buscaremos juntos la forma, estoy segura que hay una. Solo debemos pensar, nos quedan unas semanas aún. Podríamos buscar en los libros como dijo Hermione.

Ambos nos levantamos y volvimos al castillo lo más silenciosamente posible.
Nos separamos, él llevándose la capa y yo el mapa.

En las mazmorras Snape estaba en su despacho y no se movía, probablemente corregía cosas a ultimo momento. Me debía apurar si no quería que me atrape cuando recién entrara.

Corrí rápidamente hacia la puerta de la sala común y entré sin problema. Ahora que estaba segura me relajé y fui a buscar a la heladera algo para tomar. Todo ese recorrido me había cansado y ahora estaba sedienta.

—¿En donde estabas niña traviesa? —una voz atrás mío hizo que me sobresalte y saque mi varita en forma de defensa— tranquila, soy yo.

—Idiota, casi me da un infarto ¿No te enseñaron a no hacerle eso a la gente? —le dije ignorando su primer pregunta.

—Sabes... algo curioso me dijeron hace unos días los chicos de Durmstrang —me tensé— querían jugar al quidditch, uno dijo que "la chica pelirroja bonita" les prometió un partido y por como describieron a la chica... creo que la bonita pelirroja eres tú.

—me insistieron el otro día para jugar... pensaba armar un equipo con mis amigos —mentí, no tenía nada planeado aún— Harry jugaría. Quería a Miles de guardián, a Ron de cazador, Fred y George..-

—¿Sabes lo que también es curioso? —me interrumpió y se agachó para quedar a la altura de mi cara— Lo buena que eres para improvisar y como me estuviste evitando estos últimos días ¿Tienes algún problema conmigo?

❝𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐏𝐎𝐓𝐓𝐄𝐑❞  ᵃ ᵍᵉᵒʳᵍᵉ ʷᵉᵃˢˡᵉʸ ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora