Siren 31

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Al reconocer la voz mis piernas simplemente se dejan caer como helado derretido a la arena. Me quedo anonadada por varios segundos mientras ella se acerca.

Yerin.

Observo como le habla a aquella sombra y esta se retira sin siquiera hablar, como un robot siguiendo las ordenes de su programador. Yerin se acerca a mi preocupada e inmediatamente me cubre con una manta calientita. Yo permanezco estática.

Me ayuda a levantarme lentamente apretando los lados de mis brazos, como si tuviese miedo de que me volviera a desvanecer y ciertamente también tengo esa sensación. El miedo aun me está calando los huesos. Yo... creí que la situación de aquella noche se iba a repetir, que de nuevo iba a sentir el dolor de ser despellejada y temí por mi vida.

—Joy, mírame ¿Estás bien? —dice sobando mi espalda, mi mirada perdida en un punto no específico.

Pude morir de nuevo, en la misma situación donde me destrozaron la cola. Soy... demasiado vulnerable. No debí de volver.

—¿Sungjae? —al escuchar su nombre mi mirada se posa en Yerin, está con el celular—Estoy en el océano, justo donde está el árbol de tronco fino, sí, en el sur.

—¿Qué haces ahí? ¿Al menos estás bien abrigada? Estamos a 9°c. Déjame ir por ti, no te muevas. Llevaré parches térmicos.

—Estoy con Joy... Por favor trae ropa abrigada.

—¿QUÉ?

—Apresúrate.

Veo como guarda el celular y su atención vuelve a mí. Su mirada me inspecciona constantemente para asegurarse de que esté bien, también me dedica sonrisas cargadas de apoyo, confort y yo se lo agradezco en silencio.

Después de un ratito tomo el valor para hablar porque ahora sé que la voz no me temblará.

—¿Cómo supiste? —pregunto.

—Tengo hechizos en todo el perímetro de Psíri. Sabía que ibas a volver, no cuando, pero me imaginé que algún día volverías... Así que los mejoré. Creé estos espectros y los coloqué en puntos específicos de cada costa para que a través de ellos pueda observar. Me avisó y pude sentirte, a tu energía. Corrí hasta acá.

Me quedo observando el camino en donde desapareció la sombra.

—¿Por qué corriste a mí? ¿Por qué preocuparse para hacer todo esto? —son verdaderas dudas que rondan en mi cabeza. Ciertamente forjé una relación de amistad con Yerin, incluso mejor que con Sungjae. Aún así no entiendo completamente su esfuerzo.

—No te preocupes por el espectro, solo las personas con magia pueden verlos.

Ignora mis preguntas, respondiendo a mi mirada al final de la calle donde aquel ser desapareció.

—¿Cómo haces tus hechizos? —intento de otro lado, me da mucha curiosidad. Las brujas... en realidad no conozco nada de ellas.

—De la naturaleza: plantas, el sol, la luna, etc. No es como tu magia Joy, tu naces con ella, yo sigo instrucciones de un viejo libro que mi familia heredó.

—Una chamana.

—Prefiero el término bruja, esta abarca que la mujer es fuerte y empoderada. Además, yo no tengo el poder de comunicarme con espíritus o predecir el futuro.

—Creo que bruja te queda a la perfección. Yerin gracias... por esto y por cuidarme durante esos días, realmente toda tu magia me dio vitalidad. Estoy muy agradecida.

—¿Tan agradecida que te fuiste así sin más?

Esa voz... Volteo hacía él, mi mirada cruzándose con sus ojos negros brillantes, resplandecientes gracias a la luz que la luna nos proporciona. Quiero darle una explicación, pero no sale nada de mi boca.

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