Siren 65

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[Wendy]

—Enfoquémonos en nuestras tareas individuales, tenemos que marcharnos ahora—termino subiéndome a un jeep como todos los demás.

La alarma aun se puede escuchar tan claramente que me hace recordar todo lo que está sucediendo. Los gritos de las personas que se mueven con prisa, los chillidos de algunos que no quieren dejar lo que tanto les costó destruir me hacen tener ganas de vomitar, pero lo soporto por ellos, este equipo que no huye, que en segundos armó un plan de rescate para el pueblo.

Los motores encendiéndose me da aviso que es hora de marcharse, cuando ya todos han salido a las calles, es el turno de Sungjae y mío. Nos dirigimos al punto que nos tocó abarcar.

—¿Estás bien? —pregunto mientras estamos en movimiento. Cuando nos topamos con personas, grito para que me escuchen—¡En la plaza hay una Van azul esperándolos, se les llevará a un refugio, dense prisa!

—Entraré al océano para hablar con Hésperis... No puedo quedarme sin hacer nada cuando todos están poniendo de su parte. Ella está haciendo todo esto por mí, sé que también lo sabes...

—Eres nuestro último recurso Sungjae, tú serás el encargado de llevártelos lo más lejos posible en caso de qué... El impacto del agua podría arrastrarlos, no podemos arriesgarnos. Sé que puedes hacer la transportación, por eso te lo pido.

—¿Qué hay de ti? —se preocupa—Sé que estás dispuesta a arriesgar tu vida, pero no quiero eso. Aún si te conviertes en sirena, la fuerza del océano será demasiado.

—Sí entras al océano te pasará lo mismo. Sungjae, tu madre no necesita que la vayas a regañar... Sabemos lo que te pedirá: tomar la corona, tú no quieres eso, no te obligará haciendo esta clase de jueguitos.

—Wendy...

—En algún momento se cansará...no antes que yo. No dejaré que ni una sola gota de agua toque este pueblo. Escúchame bien, sólo vendrás por mí, SÓLO si los demás ya están a salvo.

El me da una sonrisa seca y asiente, aún en desacuerdo.

—Sé que Sooyoung terminará con esto, la conozco como la palma de mi mano... Vi su mirada, sentí su energía.

—También la observé, creo fielmente que no será necesario ponerte en peligro. Joy terminará todo esto rápidamente.

Lo prometió, nosotras no rompemos las promesas. Sin embargo, como dijo Wild no podemos quedarnos quietecitos a esperar que ella solucione todo, nosotros también podemos ayudar.

Sungjae estaciona el carro en un lugar estratégico. Ambos nos bajamos cuando solo podemos seguir a pie.

Vaya... el nivel del agua subió demasiado.

—Cuando la ola entra en aguas pocas profundas, se ralentiza, pero aumenta su altura.

—¿Eso no es un beneficio? Viene con menos fuerza—dice él mirándome y mirando al océano que ya muestra olas rebeldes.

—No, al contrario, impacta más fuerte. Tenemos que apurarnos, tu madre no tardará mucho en crear un terremoto ahí dentro, tu empieza del lado izquierdo, veré si en el derecho queda gente y la mandaré a donde se encuentra Lima.

Asiente dirigiéndose hacia su lado, yo hago lo propio dirigiéndome al mío.

Cuando observo un perro amarrado corro deprisa por toda la arena hasta llegar a él. Los ladridos de felicidad hacen que me apresure a desatar la soga para liberarlo por completo. Inmediatamente el perro empieza a correr por toda la arena cuando es libre.

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