[Wendy]
—Mi reina, permíteme acompañarte en esta tarea—habla Griwea mientras peina mi cabellera.
—Sabes que no puedes dejar al océano sin su rey. Tenemos la conexión más fuerte en todo el lugar, cualquier cosa te llamaré—le digo mientras me volteo y beso su cuello.
—Pondré a todas las Nereidas disponibles para que logren restaurar la conexión con tu hermana.
—Sooyoung también tiene que poner de su parte.. Llevó horas tratando de hablarle, pero no me responde. Tengo miedo, por eso es necesario partir hoy.
—Que Atlás esté contigo, mi reina.
—Que te proteja a ti y a todo nuestro reinado.
—Se agapó.
Me despido de todos y parto hacia mi destino, la casa de Lissandra.
Aun sigo sin creer que mi hermana haya caído con la misma gente que yo caí cuando estaba más joven. Seres podridos que se aprovechan de las criaturas marinas prometiéndoles todo, conocimiento, placer, amor.
Pasé casi toda mi juventud en esa casa con la que creí mi amiga, como se les llama en la tierra. Aunque en realidad yo la llamaría mi peor pesadilla.
Lissandra tenía mi edad cuando la conocí, las dos éramos pequeñas apenas conociendo el mundo en el que vivíamos, aun sin corrompernos. Ella me enseñó cosas básicas como leer, escribir, aprender a comer, a manejar cosas, a caminar, a cocinar en una estufa. Todo lo que un humano aprende durante toda su vida; pero no le debo todas las experiencias que gané, las que me hicieron la sirena que soy ahora. Porque claro, las personas no te enseñan la envidia, el rencor, el odio, el desprecio, la ambición, la maldad.. Tú las aprendes sola al intentar sobrevivir.
Es por eso que cuando Lissandra me pidió que me exhibiera a los demás justificando que se la debía por "Haberme hecho la persona que soy" la mandé al carajo.
Sé que le está haciendo lo mismo a mi hermana, pero no entiendo con que la está chantajeando, que es lo que le ofreció.. A mi.. la felicidad que se me fue arrebatada.
Dejo de nadar y empiezo a arrastrarme en la arena para dejar de tocar el agua. Cuando ya estoy lo suficientemente lejos y sin que nadie me vea, empieza el proceso, el sentir que te mueres, que necesitas estar en el agua inmediatamente, la necesidad de respirar y sentirte viva.
Un minuto soportando eso y las piernas salen mágicamente.
Entiendo porque el proceso es así, ser sirena y convertirte en humano es corromperse, es faltarle el respeto a Dios. Por eso sientes la necesidad de estar en el agua al segundo que dejas de tocarla, porque transformarse en otro ser y jugar a ser Dios es lo más peligroso que hay.
—Bienvenido seas cuerpo diminuto y flácido—me saludo a mi misma mientras camino desnuda por toda la arena.
Mi lugar favorito para transformarme, la playa nudista donde todos están igual que yo, desnudos. No me toma tiempo agarrar ropa ajena de turistas distraídos y ponérmela para estar lista y tampoco revisar sus bolsillos en busca de billetes.
Salgo a la calle con esta ropa súper cómoda que para nada me está rozando toda la piel y paro un taxi.
—A la mansión Kim—doy indicaciones mientras me subo.
—En seguida.
Mientras el taxi avanza miro desde la ventana, nada ha cambiado a pesar de tantos años, todo sigue igual. Bueno, tampoco es que Plaka, la parte más antigua de Atenas pueda cambiar. Es un barrio ya establecido.
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Siren
Fantasy-Creo que fui embrujada, no... una mejor palabra sería transformada. La vida de Sooyoung cambia drásticamente cuando un científico y su equipo la llevan a la superficie alejándola de su única familia, Wendy. Estando por primera vez en su forma huma...