Siren 25

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[Sungjae]

Me quedo sin habla por lo que me gritó, haciéndome recordar el pasado del que tantos años huí. No digo nada y me limito a ver cómo se va de la casa.

—¡Aléjate de mí, creo no es necesario que te advierta que tampoco te acerques a ella! —masculló mientras se alejaba rumbo al pueblo.

Me dejé caer sobre la pared, perplejo, sin saber muy bien cómo reaccionar a todo esto.

"—Nunca reclamaste esa corona"

Muevo mi cabeza tratando de desaparecer ese pensamiento. Hace tiempo no escuchaba esos conceptos, fueron tantos años que permití creerme un humano desde el nacimiento que lo olvidé completamente; inclusive me mantuve sacrificando mis poderes sirenios.

También había olvidado el cómo se sentía que tu energía vuelva a fluir, el cómo tu cuerpo lo acepta perfectamente, en como la excitación crece conforme sientes tu poder aumentar. Hoy lo pude sentir dos veces, de diferentes formas y de diferentes sirenas.

Tomo la taza que Wendy, como se hace llamar ahora, sostenía hace tan solo unos segundos y la aviento al suelo, escuchando como se rompe en varios pedazos. Siento mi energía volver a aumentar, pero esta vez de enojo, algo no muy bueno para obtener poder. ¡Puta madre! Me sobo la sien tratando de tranquilizarme.

Está claro, lo acabo de confirmar de nuevo. Mi vida está maldita, estoy embrujado.

Me pongo en cuclillas y tomo un pedazo de la taza ahora ya hecha trizas. Cierro mis ojos tratando de concentrarme y la vuelvo a unir con las demás. Cuando siento que mi labor está hecha, vuelvo a recuperar la vista. En mi mano ahora se encuentra la taza intacta, como si nunca hubiera sufrido ningún daño. Me levanto y la pongo en la alacena.

—Eso fue realmente asombroso—me giro hacia la voz.

—No sentí tu presencia, ¿Cuándo llegaste? —pregunto mirándola algo cansado. Es Yerin. 

—Estabas tan concentrado que no quise interrumpir—dice dejando su bolso en la mesa—¿Dónde está Wendy? —mira hacia la habitación principal.

—Se fue hace ya un rato—me siento en la sala y enciendo la TV.

—¿Y tú por qué sigues aquí? —me sigue y hace lo mismo.

—No entiendo tu pregunta—respondo sin mirarla tratando de buscar algo bueno en la pantalla.

—Deja que te la formule de otra forma, ¿Por qué no fuiste con ella?

Me detengo y la volteo a ver, solo curvando mis cejas en signo de confusión.

—Sungjae, has esperado como un loco por ella, creíste que ya estaba casada y con hijos o incluso algo mucho peor, muerta, pero aparece ante ti..

—Tengo sentimientos sin resolver con su hermana, no soy la clase de hombre que lastimaría a ambas.

—Entonces aceptas que, si Wendy no se hubiera aparecido, hubieras avanzado con Joy, a algo romántico me refiero.

No respondo, me quedo en silencio.

—Ahí está el problema, no quieres lastimarlas siguiendo a una, pero tampoco aceptas que te gusta la otra.

—Yerin, realmente odio cuando te pones a hablar como una sabia—me levanto del sofá enojado.

—¡Sólo acepta que te gusta Joy y que te sientes culpable hacia tus sentimientos con Wendy!

—¡Lo acepto, me gusta Joy!—lo saco, siento como algo se aligera sobre mí. La peliblanca tiene toda la razón, me siento culpable al tener sentimientos de amor hacia Joy cuando creí que nunca volvería a sentir; creí que Wendy sería la única en cautivarme y que le sería devoto a ella. Cuando Joy confesó lo que sintió no pude evitar sentir algo en mi corazón y eso me tomó totalmente desprevenido. Por eso me fui de la sala aquella noche.

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