Siren 36

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—Joven Taehyung—interrumpe Tom en una reverencia, todos nos quedamos en silencio de inmediato—Su abuela ya finalizó, por favor vaya a verla—asiento y miro a los chicos esperando una respuesta.

—Ve, nosotros nos quedaremos aquí—dice Wild.

—Regresaré lo más pronto—me despido. Voy dentro de la mansión guiado por Tom—Hasta aquí está bien —le digo cuando empiezo a subir las escaleras. Él me vuelve a reverenciar y yo sigo mi camino.

Es increíble... Un día después de la llegada de mi abuela, estos dos aparecieron: Tom y Candace, amigos de Lissandra que se ofrecieron a "servir" la mansión simplemente por "amabilidad". Me hace reír de solo recordar su presentación aquel día. No confío en ellos, están con ella desde que fingió su muerte lo que significa que estuvieron de acuerdo con semejante idiotez. Increíble, eso es lo que es, de tener el descaro de aparecerse aquí después de todo lo que le ayudaron a hacer. Saben todo lo de las sirenas y obviamente saben de Wendy.

Son como los tres mosqueteros, andan juntos donde sea que vayan y en ningún momento se separan de Lissandra.

Al terminar de subir las escaleras, camino por el largo pasillo hasta llegar a su habitación. Toco dos veces y recibo un "adelante" de su parte, tomo un profundo respiro y entro.

—¿Cómo estás? —pregunto cuando estoy frente a ella quien permanece sentada en la esquina de su gran cama.

—El cuerpo ya me empieza a doler, lo siento muy pesado. Candace me dará un masaje—mira hacia su baño. No puedo evitar girar mis ojos un tanto cansado, está ahí escuchando toda nuestra conversación, quizá escribiendo algún reporte o grabando mi voz para fines no tan buenos o qué sé yo. Simplemente no me fío para nada.

—¿Algún día podré hablar contigo a solas sin ninguno de tus amiguitos escuchando a escondidas? Es que ya ni siquiera se esfuerzan para ocultarlo.

Candace se asoma mirando hacia mi abuela, ella le hace señas y sale de la habitación. Yo espero unos segundos para empezar a hablar.

—Puedes revisar el baño, no tienes de que preocuparte—se levanta adolorida.

—Que gracioso es que de tu boca salga eso—digo serio.

—Por favor Taehyung, creí que ya habíamos superado eso, dime lo que no podías decir frente a Candace.

—Eso no es algo que se supera... En fin, ¿Fue tan necesario provocarla? —tomo la jarra con agua y sirvo un poco en un vaso, saco del frasquito una de las pastillas, la pongo en la bandeja y se la doy.

—No entiendo tu pregunta—dice tragando la pastilla de un jalón. Bebe un sorbo de agua y deja lo sobrante en la bandeja que asienta sobre la mesita de noche.

—¿Lo disfrutaste? Sé que la provocaste para que te atacara.

Ella sonríe de lado y empieza a caminar por el cuarto.

—Sigue siendo la misma de antes, verás... Wendy puede parecer muy dura por fuera, se ve fuerte e intimidante; La verdad es la que presenciaste hace unas horas, un simple "luces vieja" hace temblar toda esa estabilidad y burbuja que se creó desde que fue abandonada. Francamente creí que eso no la afectaría, pero de solo ver su cara me hace reír, es una chiquilla.

No puedo ocultar mi cara de disgusto en este momento, esta persona no es mi abuela, es alguien completamente desconocida para mí.

—Me repudia que pienses así, leí todo lo que escribiste sobre la amistad, sobre SU amistad, no una ni dos veces, sino cinco. ¡Escucha lo que estás parloteando!

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