Siren 1

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[Sooyoung]

Siento el agua fluyendo por todo mi cuerpo, acelero la velocidad extendiendo mis manos sintiendo como el agua pasa a través de mis dedos. Mantengo la concentración en mis ojos tratando de buscar alimento, los cierro por un momento y siento su respiración por mis branquias, como si fuera mía; peces, deliciosos peces. Detecto corrientes suaves y vibraciones, utilizo mi olfato y oído para comprobar si realmente se trata de una presa comestible, lo siento más cerca y ataco.

Al finalizar noto como el agua cristalina a mi alrededor se torna rojo oxidado, muevo mi cola tratando de limpiarlo, sin éxito, regreso a mi hogar.

Atlántida, o lo que queda de ella.

Cuando al fin Zeus logró salvar a sus hermanos de su padre, se aseguraron del control de la tierra, que quedó dividido en tres grandes reinos: el Cielo para Zeus, el Océano para Poseidón y el Inframundo para Hades. Poseidón, nuestro más grande Dios, dio a luz a Atlás rey de esta gran ciudad; por estupideces como el amor y el poder no supo cuidarnos y al final destruyó todo. Ahora simplemente quedan torres de piedra sin vida o propósito, destruyéndose cada vez más.

Me gustaría haber conocido la Atlantis como la cuenta mi hermana, "Una isla mágica y misteriosa con abundantes recursos, hermosa, llena de sirenas y tritones, colores. Simplemente una belleza".  Como todo lo hermoso se deteriora, simplemente me queda disfrutar lo poco que se mantuvo en el Océano Atlántico.

Al llegar de mi pequeña caza saludo a toda las sirenas y tritones que me encuentro de paso dirigiéndome a mis corales a descansar.

—Sooyoung—me habla Wendy, mi hermana mayor. Ella es simplemente preciosa, tiene la cola más larga que jamás haya visto midiendo más de 2 metros, su larga cabellera castaña contrasta con su gran cola azul verdosa. Sus ojos son color miel claro, que van con su piel algo bronceada. Es la única familia que me queda y realmente la quiero mucho.

—No sé qué está pasando, me cuesta mucho encontrar alimento—le respondo cansada.

—Son ellos de nuevo—me dice cautelosa, acercándose por completo hasta acariciar mi cabello.

—¿Cómo sabes?

—Los acabo de ver, lo peor es que ya no se quedan simplemente en sus enormes barcos, ahora bajan fingiendo ser nosotros—se asusta deteniendo sus caricias.

—¿Fingiendo ser nosotros? ¿A qué te refieres? —arrugo mis cejas desconcertada.

—Tienen todo su cuerpo cubierto de algo negro, incluso tienen aletas Sooyoung—me quedo un momento en silencio tratando de procesar.

—¿Aletas? ¿Estás segura de eso?

—Al final de su pequeño cuerpo las traen.

La curiosidad simplemente me carcome. Externos sin cola, destruyen todo nuestro habitad, llevándose nuestra comida y contaminando nuestro hogar, desequilibrando todo el ciclo. Dejándonos en ruinas.

Estos últimos años todo se multiplicó sin siquiera poder hacer nada, nadie de aquí entiende por qué hacen eso, ni siquiera las Nereidas que son del séquito de Poseidón, ellas simbolizan todo aquello que hay de hermoso y amable en el mar transmitiéndonos sabiduría, pero de los externos nadie sabe nada, no nos lo dicen.

—Sooyoung—me vuelve a hablar buscando mi mirada.

—Entiendo...—respondo asintiendo—Ya no me alejaré más allá de las torres de piedra.

—Cuento contigo—se va despidiéndose con un beso en mi cabeza.

Me recuesto encima de un gran coral azul como mis ojos y los cierro dejándome llevar por la pesadez de estos.

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