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En el parqueadero de la universidad se encuentra Louis recostado en un auto de color blanco descapotado. Lleva puesto un jean y una camisa roja. Yo sonrió como una estúpida al verlo, se hace tierno que venga hasta acá a buscarme.

— Papi ha venido a buscarme—digo cuando ya estoy lo suficientemente cerca.

— ¿estas siendo sarcástica o en realidad te agrada llamarme así?—pregunta.

Me acerco hasta su rostro y susurro en sus labios:

— Digamos que ambas cosas...

— Está bien, vamos que una cabaña nos espera.

Subimos al auto y el arranca. De mi bolso saco una memoria y la conecto al radio, no permitiré que me aburra con sus canciones, la primera canción que suena es trap queen.

— ¿por qué te gusta tanto esa música?—pregunta.

— Me recuerda al día en que nos conocimos, sabía perfectamente que veías mi trasero—digo— entre otras cosas, tengo que llegar a casa de mi papa por algunas cosas.

— Está bien.

Él toma rumbo a casa mientras que yo durante todo el camino canto la canción, el solo me mira y se ríe. El parquea en una esquina... por si acaso. Camino hasta la casa, entro y ahí está carlota dándole de comer a avril.

— Hola carlota—le saludo con amabilidad.

— Hola Sídney – contesta ella en el mismo tono.

Hago una pausa, estoy incomoda, luego de unos segundos digo:

— Emm como es viernes... mis amigos y yo iremos a acampar—digo— si papá pregunta por mí, le dices, te lo agradezco.

— Está bien, le daré tu razón—dice—ah... hace unas hora llamo tu mamá... sonaba enojada—me avisa.

Resoplo, maldito sea el día en que nació Tina.

— Solo ignórala, ella no está cuerda—le recomiendo.

— Tratare.

Sin decir una palabra más subo hasta el cuarto y meto algo de ropa en el bolso junto con algunas cosas de aseo. Dejo todo organizado y salgo del cuarto, me despido de carlota y de la pequeña y camino hasta la esquina donde esta Louis. Me subo en el auto y el arranca.

— ¿por qué la demora?—pregunta.

— Me estaban contando como la loca de tu novia llamó a casa de mi papá a decir miles de cosas—cuento.

— ¿QUE?—grita—ay no, no puede ser... va a volverme loco.

— Simple termínale, y dile que te coges a su hija y la pones de rodillas.

Frunce el ceño y me mira de soslayo.

— Solo bromeo ricachón, no te tomes las cosas tan enserio, créeme que yo corro más peligro que tú.

El suspira.

— Odio que seas más seductora que Tina—dice.

— ¿Qué te puedo decir? Te seguí el juego y acá ahora estoy contigo de camino a tu súper cabaña frente al mar.

Pasan unos minutos, ninguno de los dos dice nada, yo solo reflexiono es como si mi conciencia se encargara de decir que tengo un lugar asegurado en el infierno por acostarme con el novio de mi mamá, aunque no considere a tina como tal, fue ella quien me dio la vida, y supongo que en algún momento me tuvo cariño, quizás cuando me vio por primera vez... bueno, aunque la mayoría de fotos que tengo son con mi abuela (madre de Tina) y con papá, quien tiene un álbum repleto de nuestros más bellos momentos.

— ¿qué se siente estar engañando a tu novia?—le pregunto.

— Nada, Tina es como un pasatiempo para mí, lo supe desde el día ese en el bar. Solo le tuve que regalar cinco shots para que me la chupara—cuenta.

Blanqueo los ojos.

— ¿Qué?—cuestiona.

— Ambos son unos fáciles.

— Ay por Dios, tenían tanta leche que hasta podía hacerte un queso.

— Eres asqueroso—digo y empiezo a reír.

Entramos a un camino rural, la brisa fresca golpea mi rostro, y el olor a sal se mete por mi nariz. Llegamos hasta un parqueadero, hay otros carros, supongo que esto debe ser compartido con otras personas, pero la playa es privada. Nos bajamos el auto y caminamos hasta una reja, el hombre encargado de abrir la reja saluda a Louis y luego me brinda una sonrisa. Entramos y caminamos hasta una cabaña hecha de bambú y otras cosas, es de dos piso... es totalmente artesanal. El encaja una llave en la cerradura y le da unas tres vueltas y empuja la puerta de madera. El piso es de madera, parece brillar, la escalera que conduce al segundo piso es de bambú, tiene una cocina y dos habitaciones.

— Estos son los beneficios de coger conmigo—ríe.

— Eres como mi suggar daddy—digo.

— Algo así... creo, a menos de que pasen más cosas.

— Lo dudo.

Subo a la parte de arriba, y hay dos puertas, abro la primera y es un cuarto con una cama doble, entro lo miro y tiene un baño integrado, un pequeño balcón... supongo que esta es la habitación de Louis. Salgo del cuarto y camino a la otra puerta es una pequeña terraza y tiene algo parecido a un bar.

— ¿te gusta?—susurran a mi oído.

Me sobresalto doy media vuelta y ahí esta Louis, tiene una sonrisa traviesa en su rostro.

— ¿a mí y cuantas más traes aquí?—pregunto.

— De hecho... no vengo acá desde hace como diez años, esto era de mis padres y me lo dieron a mí, así que... eres la primera mujer que traigo acá. 

El novio de mamá [L.T.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora